Encontrar la esperanza al borde del precipicio

Argumento

Hyeonsu se graduó como la mejor de su promoción en la Academia de Policía y desde entonces fue la “as” de su equipo de investigación. Pero su vida y su carrera se desmoronan al exigir su marido el divorcio, divulgando falsamente para dañar su reputación que ella es una adúltera y que incumplió a los votos matrimoniales. Así, entre murmullos de la gente y con su reputación en el piso por las calumnias de su esposo, ahora su ex, que le hirieron en lo más hondo, Hyeonsu renuncia a su trabajo y se aísla. No obstante, y pese a los rumores infundados que siguen atormentándola, decide volver al trabajo, pues siente que solo el trabajo como distracción le ayudará a no renunciar a la vida.

Una vez de vuelta al departamento de investigaciones criminales, Hyeonsu asume un caso muy peculiar, aunque su jefe le dice que es un caso cerrado y que solo debe redactar un informe sobre la relación de los hechos. Es el caso de una adolescente que, en base a pruebas circunstanciales y un testamento hallado en el precipicio desde donde parece que la muchacha saltó, la Policía concluye que fue suicidio. Sin embargo, a medida que investiga, Hyeonsu descubre que hay algo más que los expedientes, al seguir insistentemente los pasos de la muchacha por una isla a la que fue llevada, y donde prácticamente permaneció encerrada como único testigo de un crimen que implicaba a su difunto padre, y verse reflejada en ella, al hallar heridas similares a las suyas, esas que dañan lo más profundo de su interior. 

Comentario

“Cualquiera en algún punto de su vida ha tenido un día en que todos parecen reír excepto esa persona, no pudiendo aguantar el llanto.”

Esta frase aparece en un libro de reflexiones sobre la vida, un reciente best-seller en el mercado editorial de Corea. Tales palabras hablan de esos momentos que cualquiera atraviesa en la vida. Tiempos de completa soledad y profunda desesperación, tra los cuales uno siente que ha crecido algo, aunque no los disfrute. Este año, esos días han sido más frecuentes para cualquiera por el aislamiento, ante el miedo a contagiarse de un virus que afecta a todos por igual, y en un ambiente en el que todos necesitan consuelo pero nadie se atreve a consolar a nadie, tratando de ignorar la agonía del otro, porque nadie está en mejor situación que los demás.

El largometraje El día en que morí de la directora Park Ji Wan es una película que consuela a quienes viven esos días de completa soledad y profunda desesperación, aunque sin grandes poses de sanación o expresiones retóricas. En un tono seco pero prudente muestra que a veces uno halla esperanza al borde del precipicio, cuando todo parece irreversible y no hay nadie en quien apoyarse, mediante la historia de una muchacha adolescente que se tira desde un barranco tras dejar un breve testamento, una detective que indaga su caso y una mujer -único testigo de lo ocurrido- que toman decisiones muy personales para su propia supervivencia.

Una policía que investiga el suicidio de una adolescente y la verdad tras los hechos. Esa sería la síntesis del argumento de El día en que morí, una película que a simple vista pertenecería al género de crímenes o de thriller. Sin embargo, si el espectador entra a la sala esperando una historia de ese tipo, quedará decepcionado en gran medida, pues la cinta se sitúa en las antípodas de esos géneros. Además, carece de la velocidad que caracteriza a las películas de crimen o de suspense, pues se asoma al público con una respiración lenta y un lenguaje contenido, para luego con tiempo inducirle a comprender tanto la situación como el dolor de los personajes, hasta finalmente hallar un consuelo en ellos, cuya realidad es una metáfora o una alegoría de la vida misma, así como de la desesperación y la soledad que cualquiera experimenta en algún punto de su vida.

Sin embargo, justamente por ese ritmo pausado, puede que algunos espectadores opinen que el film no es lo suficientemente absorbente. En todo caso, nadie podrá negar que los momentos de desconcentración se superan gracias a la excelente actuación de sus protagonistas, Kim Hye Su e Lee Jeong Eun, sobre todo de esta última quien, sin decir mucho, y solo con su mirada penetrante, logra un “crescendo” emocional hacia la segunda mitad de la película, El día en que morí.

Director: Park Ji Wan

Elenco: Kim Hye Su, Lee Jeong Eun

Género: Drama

Duración: 116 minutos 

Año de estreno: 2020

Apto para mayores de 12 años