La sombra de la pandemia y el traslado de los estrenos de los cines a la pantalla chica

La sombra de una pandemia planetaria se extendió sobre todos y sobre todas las industrias casi sin excepción en este 2020, no pudiendo escapar de esta crisis el cine. Es claro el impacto del COVID-19 en la industria cinematográfica, cuando en todo el mundo y en diversos grados, las salas de cine han cerrado completa o parcialmente, los festivales se han cancelado o pospuesto, los rodajes se han paralizado, y los estrenos se han trasladado a fechas futuras o se han retrasado indefinidamente. Las pérdidas son astronómicas, pero lo peor es que las previsiones para los próximos meses tampoco son optimistas, tanto que los más escépticos aluden ya a un posible colapso de la industria, o a que al menos se producirá un “diastrofismo” que cambiará totalmente el mercado del cine. De hecho, los cambios ya se sienten, sobre todo en la cadena de distribución de películas, en la que ganan cada vez más terreno las plataformas de streaming con Netflix, el coloso del entretenimiento digital, al frente. En este ambiente, en Corea del Sur, hay una película que marcó un claro antes y después, mientras las productoras estiman en más de 33.000 millones de wones las pérdidas sufridas por el COVID-19 y las salas de cine registran bajas hasta de un 70% en sus ventas.

Tiempo para cazar, del director Yoon Sung Hyun, es esa película, la primera que en mitad de la pandemia y ante la paralización del mercado cinematográfico, tomó la audaz decisión de estrenarse en Netflix. La producción llegó a dicha plataforma digital de entretenimiento audiovisual en abril, desatando una fuerte controversia. Controversia que a estas alturas parece fue una reacción demasiado quisquillosa de parte de la industria, ya que ahora nadie cuestiona ni polemiza que los estrenos de películas se trasladen de las salas de cine a esas plataformas de streaming, máxime considerando datos como la afluencia de público a las salas y la venta de entradas, que según el Consejo de Cine de Corea sufrieron respectivamente un decrecimiento interanual de más del 70%. En este contexto, es más que comprensible que el eje de la distribución cinematográfica se mude de las salas de proyección a las plataformas digitales, máxime las ventajas que ofrecen para llegar más fácilmente a la audiencia internacional y recuperar más rápidamente lo invertido en la producción. Sin embargo, el problema está en que todos los derechos sobre la película pasan a la plataforma de streaming, al menos en el caso de Netflix, y esa condición impide a las productoras obtener ganancias adicionales con su contenido, mientras que también dificulta al autor ejercer todos sus derechos. Aún así, las plataformas de entretenimiento digital parecen ser de momento la mejor alternativa para la subsistencia de la industria del cine en estos tiempos de pandemia.

Emergencia de mujeres directoras y de la narrativa femenina en el cine

Durante 2020 en el cine coreano se sintió una fuerte emergencia de directoras femeninas y el aumento de películas lideradas por mujeres, que definitivamente supone un cambio dentro de la industria fílmica de este país, donde la mujer casi siempre era objetivada en la pantalla grande, consumida en papeles que no pasan de ser un mero dispositivo narrativo y relegada a un segundo plano. Esta transición, de un cine machista a un cine más igualitario y diverso, en realidad comenzó a verse en 2019, sobre todo en el ámbito del cine independiente, gracias a la aparición en el escenario del séptimo arte de cineastas mujeres que cuentan historias de mujeres o que ilustran el mundo visto desde otros puntos de vista a parte de aquel de hombre de clase media, como Kim Bo Ra, realizadora de Beolsae o La casa del colibrí, sin duda la mejor película de 2019.

En 2020, la creciente presencia de la mujer en el cine coreano se notó con mayor fuerza y el cine independiente siguió liderando esa tendencia con obras de excelente calidad, tanto estética como narrativa, como La afortunada de Chansil de la directora Kim Cho Hee, Diva de Jo Seul Ye, 69 años de Lim Sun Ae y Moving on de Yoon Dan Bi. El denominador común de estas películas es que fueron dirigidas y protagonizadas por mujeres, algo muy poco visto en el cine coreano. Pero lo más alentador es que la narrativa femenina, sin permanecer en el cine independiente, está ampliando su lugar también en el cine comercial, aunque por lo pronto se limitan todavía a producciones de pequeña escala.

Taquilla anual

1º - Ashfall (8,2 millones de espectadores)

2º - The Man Standing Next (4,7 millones de espectadores)

3º - Líbranos del mal (4,3 millones de espectadores)

4º - Península (3,8 millones de espectadores)

5º - Hitman: el agente Jun (2,4 millones de espectadores)