I (아이)

Ayeong aprieta el botón de la lavadora, tan vieja que parece que podría malograrse en cualquier momento, y exhala un aliento de alivio ante esa máquina que sobrevive un día más a duras penas. Sin embargo, el problema de la pensión de orfandad en riesgo de suspenderse no es tan simple, pues no puede solucionarse con unos golpes y otras sacudidas. Y es que para Ayeong, que se vio obligada a abandonar el orfanato al cumplir la mayoría de edad y ahora está sola en el mundo, no existe red de seguridad alguna. La sociedad le impone ser adulta antes de tiempo, pero claramente Ayeong no lo es. 

Un día, por medio de un amigo que creció con ella en el orfanato, Ayeong consigue un nuevo trabajo como niñera. Así empieza a cuidar de Hyeok, un bebé que desde el primer día le alegra y le hace sonreír, pese a que la mujer que le contrató, la mamá del niño, Yeongchae, no le agrada. Pero eso es lo de menos, ya que Ayeong necesita el trabajo, encima el bebé es adorable. A partir del primer día, Ayeong se convierte en más que una mamá.

Yeongchae, por su lado, es madre soltera. Quedó embarazada a una edad temprana y ahora vive entre ilusiones frustradas, sueños a los que tuvo que renunciar para tener a su hijo y dificultades económicas que le agobian, hasta forzarse a aceptar un trabajo poco digno. Para colmo, debe lidiar con agentes de adopción que la acosan, señalándola de mala madre. Entonces se agravan las fricciones entre Yeongchae, que siente está al borde del precipio, y Ayeong, que le lanza miradas de reproche ante la posibilidad de que Yeongchae renuncie a su niño y lo envíe a un centro, dándole una vida similar a la suya.

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Rostros del cine coreano: Im Kwon Taek

Im Kwon Taek debutó como director en 1962, en una época de lo más deprimente para el sector artístico-cultural de Corea debido a la dura censura impuesta por el entonces Gobierno militar, bajo el cual solo se rodaban películas de contenido propagandístico o que satisfacían los gustos o los intereses de los poderosos. En esos tiempos, la ópera prima de Im Kwon Taek fue ‘Adiós al río Túmen (두만강아 잘 있거라)’, una producción de propaganda que destacaba el patriotismo y la lealtad a la nación retratando la lucha independentista contra la colonización japonesa en Manchuria. Así, en sus inicios Im Kwon Taek se vio obligado a obedecer la estricta censura para no ser tachado por las autoridades, de ahí que entre las películas que dirigió en las décadas de 1960 y 1970 no hay una que merezca ser mencionada. A comienzos de los ochenta la situación no cambió mucho, ya que un dictador militar fue reemplazado por otro dictador militar y la censura prevaleció, aunque de manera camuflada, dada la nueva estrategia del Gobierno llamada “política 3S” cuyo objetivo era distraer la atención del pueblo con deporte (Sport), sexo (industria del Sexo) y cine (Screen) para que no se interese en temas políticos y sociales. En este ambiente, Im Kwon Taek se centró en rodar películas de tinte religioso en un intento por esquivar la censura, y en ese intento creó una de sus obras maestras: ‘Mandala (만다라)’.

Mandala se estrenó en 1981 y hasta hoy es catalogada como una de las mejores producciones, no solo de Im Kwon Taek, sino de toda la historia del cine coreano. Dos aspectos destacan en este film y son, uno, la profunda reflexión que hace su realizador sobre qué es vivir, y la pregunta de si existe una correcta actitud hacia la vida mediante el comportamiento de dos monjes budistas totalmente opuestos, y dos, la hermosa y muy artística fotografía, que logra Im junto con quien es hasta la actualidad su eterno compañero en la creación cinematográfica: el camarógrafo y director de fotografía Jeong Il Seong.

Otra película que no puede omitirse al hablar del cine de Im Kwon Taek es ‘Vientre de alquiler (씨받이)’, una película de época sobre una mujer humilde que toma una pareja aristócrata para tener un hijo varón, sin embargo tras dar luz a un niño la echan de casa, y finalmente decide terminar su desgraciada vida suicidándose. Por su actuación en esta cinta, la protagonista, Gang Su Yeon, recibió el Premio a Mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de Venecia de 1987.

Ya entrando en los noventa y con el fin del gobierno militar, los cineastas pudieron realizar películas con mayor libertad e Im Kwon Taek no fue la excepción. De hecho, la obra más famosa de su filmografía, ovacionada dentro y fuera de Corea, fue producida en esa década: ‘Seopyeonje (Canto del oeste coreano, 서편제)’, una película que mezcla cine con pansori, un género de canto tradicional de Corea, y que además presenta una alta calidad estética, gracias nuevamente a la colaboración entre Im Kwon Taek y el director de fotografía Jeong Il Seong. Posteriormente, ‘Seopyeonje’ fue seguida por otra película similar con gran énfasis en el arte del pansori, que se convirtió en la primera película surcoreana en figurar en la sección competitiva oficial del Festival de Cannes en el año 2000: ‘Chunghyangdyeon (Canto de Chunhyang, 춘향뎐)’.