Phantom (유령)

‘Phantom’ comienza encerrando a seis personas en un hotel alejado de la ciudad. Se trata de Kaito, el jefe de seguridad del Gobierno Colonial Japonés en Joseon, que está empecinado en destruir un grupo independentista famoso por sembrar espías o “fantasmas” en entidades clave de Japón, y cinco personas que él considera los más sospechosos de actuar como “fantasmas”. Así, la película se presenta como una historia de misterio desarrollada en un espacio limitado, tipo Agatha Christie. Sin embargo, no tarda en romper ese marco, pues directamente revela quién es el espía, o mejor dicho la espía. Entonces el espectador se pregunta: ¿qué necesidad hay de construir tan imponente set de un hotel remoto cuando el misterio desaparece apenas en una de las secuencias iniciales? ¿Acaso habrá más espías? ¿O tendrá cómplices el “fantasma”?

‘Phantom’ es una película que arde en colores intensos. Los personajes se mueven en escenografías vistosas, cada uno con idiosincracia propia y relacionándose a su manera con los otros. Cuando están en el hotel, que funciona como una sala de interrogatorio sin salida, sospechan unos de otros y mantienen diálogos intensos, de lo más intrigantes. Algo a destacar aquí es que tanto la dinámica entre los personajes, como la estética y la puesta en escena en esta parte del film, están diseñadas teatralmente. A partir de entonces la cinta galopa hacia la segunda parte mezclando géneros, pues pasa de “misterio de sala cerrada” desarrollado como sobre un escenario de teatro, al género “buddy movie” con alta dosis de acción, cambiando de ambiente. La secuencia que marca el límite entre estos dos “actos” de la película es aquella en la que dos de los personajes principales -ambos femeninos- escapan heridas del hotel donde estaban encerradas y empiezan a cuidarse entre sí pese a no conocerse. Una vez en el bosque, ya fuera del hotel, se topan con una religiosa que aparece de repente y les entrega dos trajes de monja, diciéndoles sugerentemente que “las personas que intentan defender algo son las que se lastiman”. Si la vestimenta es lo que define visualmente a un personaje, tras la escena descrita, esas mujeres -vestidas iguales- dejan de ser dos desconocidas y se identifican la una con la otra, iniciando un muy especial vínculo de solidaridad, que es la fuerza motriz que impulsa la historia de ‘Phantom’ de principio a fin. 

ⓒ YONHAP NewsRostros del cine coreano: Lee Hae Yeong

Tras varios años de trabajar en producción ejecutiva y creación de guiones, Lee Hae Yeong finalmente hizo realidad su sueño de dirigir su propia película en 2006. La ópera prima que marcó su debut como director es ‘Como una virgen (천하장사 마돈나)’ sobre un adolescente promesa de la lucha tradicional coreana ssireum, que se cree una mujer atrapada en cuerpo de hombre. Por esta obra, Lee Hae Yeong recibió importantes reconocimientos en 2006 y 2007, incluyendo los premios Cheongryong, Daejong y Baeksang -los tres más prestigiosos de Corea- al Director revelación del año. 

Así, podría decirse que Lee Hae Yeong tuvo un debut triunfal como director. Sin embargo, aunque la crítica lo apreciaba en taquilla no le fue tan bien. Para colmo, sus siguientes películas ‘Foxy Festival (페스티발)’ y ‘The Silenced (경성학교: 사라진 소녀들, Las silenciadas)’ fueron un mayor fiasco comercial, aunque esta última fue y es catalogada hasta el día de hoy como una de las películas con mejor estilo en la historia del cine coreano.

Tras el éxito solo de crítica, finalmente Lee Hae Yeong logró cazar dos pájaros de un tiro en 2018, año en que estrenó su cuarta película: ‘Believer (독전)’ que además de ser ovacionada por la crítica por su original estructura narrativa, buen estilo, meticulosa puesta en escena y por un inteligente uso de la música, atrajo a nada menos que 5,2 millones de espectadores.