Nos encontramos en unas instalaciones dedicadas a la arquería tradicional de bambú que se encuentran en las laderas del monte Palgongsan de Daegu. Allí el maestro Kim Byeong Yeon enseña a los jóvenes el arte de la arquería tradicional utilizando arcos de bambú que él mismo confecciona. Si bien a a partir del siglo XVI los arcos de bambú fueron de uso generalizado en la península coreana, en la actualidad el único que los fabrica, tanto en el país como en el resto del mundo, es Kim Byeong Yeon. Los arcos de bambú son diferentes de los tradicionales, que estaban hechos de madera e incrustaciones de cuerno de búfalo de agua. Estos arcos de cuerno eran los mejores en los tiempos antiguos en cuanto a potencia. El problema era que cuando llovía y había mucha humedad, se torcían y perdían su forma original. Además, el procedimiento de creación era complicado y no se podían fabricar en grandes cantidades. Los arcos de bambú compensaban las desventajas de los arcos de cuerno.



En el capítulo del reinado de Hyojong de los “Anales de la Dinastía Joseon”, a fecha de 6 de febrero de 1655, consta que el lugar de origen de estos arcos de bambú fue Daegu, y según parece el rey Hyojong mostró un enorme interés en esos arcos, a tal punto que ordenó que el ejército del reino fuera provisto con ellos. Desde entonces y hasta finales del período Joseon, los arcos de bambú fueron utilizados en todo el país. Sin embargo, hasta hace unos años, estos arcos habían desaparecido por completo y solo figuraban en documentos históricos. Al ver el arco de bambú de su maestro, Kim Byeong Yeon decidió traerlo de nuevo a la vida y devolverle a Daegu la fama que tuvo hace siglos como lugar del origen y fabricación de los arcos de bambú. Encontrar el tipo de bambú más adecuado para fabricar los arcos fue solo el primer paso. Descubrir cuál era la mejor manera de secarlos, cocerlos y moldearlos le llevó años de incontables pruebas; y por hacer demasiada fuerza con los brazos para moldearlos, incluso se rompió el tendón tres veces.

Tras años de pensar y dedicarse únicamente a los arcos de bambú, por fin en 2008 logró obtener un arco satisfactorio y pudo realizar una demostración pública. En 2011 participó en un festival internacional de arquería tradicional en Cheonan, provincia de Chungcheong del Sur, a donde acudieron 31 países de todo el mundo. De este modo, el otrora famoso arco de bambú de Daegu retornó a la vida y fue dado a conocer internacionalmente. Incluso le ofrecieron la oportunidad de exportar sus arcos de bambú a otros países, pero se negó de plano porque pensaba que todavía necesitaba ser perfeccionado. Esta forma de imponerse a sí mismo un nivel de perfección y calidad que nadie le solicita, es lo que hace tan valiosos los arcos de este maestro artesano. Pero igual que se niega a comercializar sus arcos, desea de corazón que los jóvenes aprendan y practiquen con ellos.

Por eso acudió a las oficinas educativas provinciales y de distrito, para persuadir a las autoridades escolares para que incluyan la arquería en los programas educativos. Gracias a sus esfuerzos, Kim Byeong Yeon enseña esta disciplina como deporte en varios colegios y agrupaciones juveniles, mediante sus arcos de bambú; pues a través de la arquería, los jóvenes aprenden mucho más que a lanzar flechas al blanco. Es muy importante saber esperar y controlar la mente hasta efectuar el disparo. Por eso la arquería es excelente para cultivar la concentración y la perseverancia. Kim Byeong Yeon incluso desarrolló un método de tiro que lleva su nombre.

Se trata básicamente de serenar la mente a través del sonido de la flauta de bambú daegeum, para finalmente lanzar la flecha con la mayor concentración posible. Esta secuencia de tiro de unos 5 minutos de duración -que ha desarrollado Kim Byeong Yeon- se asemeja a una especie de rito o ceremonia. Después de diez años de intensas investigaciones y pruebas, Kim Byeong Yeon ha conseguido un arco de bambú lo suficientemente satisfactorio. Su mayor deseo es que el tiro con arco de bambú se popularice y haya instalaciones cerradas y al aire libre en todas partes para que cualquiera pueda practicarlo como deporte.