Los discos de vinilo, iconos de la era analógica, son casi una especie en extinción por el avance de la música digital. Sin embargo, todavía hay coleccionistas y amantes de la música que los atesoran. Cuando los escuchan, sienten como si los nostálgicos recuerdos del pasado resucitaran y acariciasen sus corazones. El pasado 8 de octubre pudimos experimentar esa sensación en Incheon, donde el crítico de la cultura pop Choi Gyoo Sung ofreció una charla-concierto sobre los primeros discos de vinilo de la música pop coreana.

Desde joven empezó a coleccionar toda clase de materiales musicales, como discos LP, partituras, revistas, artículos periodísticos, etc. En 2014 aprovechó todos esos materiales y publicó un libro de más de 500 páginas, que se ha convertido en la primera guía de álbumes de vinilo de la música pop coreana de los últimos 50 años. De su colección, compuesta por unos 20.000 discos de vinilo donde se puede encontrar desde el primer LP de Corea hasta el álbum “Hello” del cantante Cho Yong Pil, eligió 500 discos significativos, para escribir un libro donde recopiló las historias en torno a esos álbumes. También incluyó fotos y entrevistó al mayor número posible de cantantes y productores para ofrecer información actualizada.

Actualmente, Choi Gyoo Sung dirige el Instituto de Investigación de la Música Pop Coreana, es consejero del Museo del K-pop que fundó en Gyeongju y también integrante del comité de selección de los Premios de Música Coreana. Pese a no ser compositor ni cantante, ha contribuido como nadie a dar a conocer el valor cultural de la música pop de Corea. Nacido en Gangneung, una ciudad costera del Mar del Este, su primer contacto con un disco de vinilo fue en 1973 cuando era un adolescente, pues hasta entonces solo había escuchado música por la radio. Desde la secundaria comenzó a comprar sus primeros LPs y hasta el servicio militar logró reunir alrededor de 4.000 discos, que eran su mayor orgullo y tesoro. Sin embargo, cuando terminó el servicio militar y volvió a su casa, su padre los había vendido. Su mundo se vino abajo y, tras ese incidente, no volvió a escuchar ni a mirar siquiera los discos. Sin embargo, como si ese fuera su destino, entró a trabajar en la sección musical de un diario, donde debía entrevistar a músicos, reunir información y materiales relacionados con la música para escribir artículos. El destino le puso de nuevo ante los discos y Choi Gyoo Sung comenzó a coleccionarlos con ahínco. Unos años después, ya era conocido como “coleccionista de ediciones agotadas”.



No solo empezó a atesorar álbumes, sino también revistas de música, fotos y pósters. Además entrevistó a cientos de cantantes, compositores y letristas, para descubrir las historias relacionadas con sus discos. En la actualidad posee unos 20.000 vinilos y hasta 100.000 materiales de referencia relacionados con la música, muchos de ellos de valor incalculable. No en vano, Choi Gyoo Sung descubrió que el primer LP del país fue grabado por KBS en 1958: una colección de canciones infantiles y folklóricas interpretadas por el Coro de Niños de la emisora.

La música pop estuvo siempre presente en su vida y le ha acompañado en cada momento, durante décadas. Siempre hubo una canción especial que le hizo feliz o le reconfortaba cuando se sentía triste o agobiado. Por eso, para él los músicos pop son como sus héroes. Y pese a ser un coleccionista empedernido, para Choi Gyoo Sung la música no es un mero objeto de coleccionismo, sino un regalo del cielo y algo para compartir y disfrutar con todo el mundo. Por esta razón, no solo ha donado discos y materiales muy valiosos al Museo del K-pop –inaugurado el año pasado- sino que está creando un extenso archivo musical, que pondrá al alcance de todos en un importante portal de internet.