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Gente

Koh Hee Young, autora del documental sobre las buceadoras de Jeju

2016-12-06

Mujeres vestidas con trajes de buzo negros se lanzan al mar tan solo con unas gafas de buceo y una pequeña herramienta para recoger mariscos. Solo cuentan con su cuerpo y su capacidad para contener la respiración al bucear en las profundidades marinas. El pasado 30 de noviembre la Unesco declaró como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad la peculiar cultura de estas buceadoras de la isla Jeju que han vivido del mar durante interminables generaciones. En el antiguo libro “Historia de los Tres Reinos” figuraba que las buceadoras de Jeju recogían perlas ya en el siglo VI de nuestra era. Estas mujeres forman una comunidad muy particular.



Se dividen el mar en base a sus capacidades natatorias y al tiempo que pueden contener la respiración, y jamás invaden el sector de las otras. Esta tradición se ha transmitido durante siglos de madres a hijas y de suegras a nueras. Desde antes de ser inscritas en la lista de Patrimonios Culturales Inmateriales de la Humanidad, hubo alguien que siguió de cerca la laboriosidad y el amor maternal de las mujeres de Jeju: se trata de la directora de cine Ko Hee Young. Durante siete años vivió en la isla Udo, una isla vecina a Jeju y cuna de muchas buceadoras, y capturó con su cámara la vida diaria de estas mujeres. Por fin, este año dio a conocer su documental “Respirando bajo el agua”, para el que fueron necesarios siete años de filmación y un año de posproducción.

Pero el filme ya está cosechando importantes frutos: ganó la Mención Especial del Jurado en mayo en el Festival Interncional de Cine de Jeonju, fue invitado al Festival de Cine del Este de Asia de Londres y al Festival de Cine Coreano de Londres, y también ha sido emitido por televisiones de Suecia e Italia. En Corea fue estrenado en septiembre. Durante veinte años Koh Hee Young trabajó como guionista de programas de actualidad en televisión y también dirigió más de 100 documentales, pero a los cuarenta años le diagnosticaron cáncer y sintió ganas de volver a Jeju. La tierra natal de la que tanto había querido escapar, la llamaba de nuevo. En 2008, cuando el cáncer llevó su vida al borde del precipicio, Ko Hee Young volvió a la isla. Y mientras contemplaba el incesante vaivén de las olas, fijó su atención en las buceadoras. Tras contener la respiración en el agua, las buceadoras hacen un sonido peculiar cuando salen a la superficie. Inspiran el aire y lo exhalan produciendo un sonido similar a un silbido llamado “sumbi”. Es su peculiar técnica de recuperar rápidamente el aliento. Este sonido llegó a los oídos de la directora Ko Hee Young como un adorable canto de sirena y la llevó a desear registrar las historias de vida de esas buceadoras. Al principio, ellas se opusieron terminantemente a ser filmadas.

Después, entendió que el mar era para las buceadoras su lugar de trabajo, el espacio donde luchaban a diario para poder vivir; pero en el fondo le tenían miedo al mar. Que cada vez que se lanzaban al agua, las dominaba el nerviosismo. Que no querían mostrar sus temores a una extraña y, menos que las filmaran para ser vistas por todos. Ko Hee Young se avergonzó de haber pensado solo en ella misma y decidió intentar conocer primero el corazón de las buceadoras. A veces les llevaba pan y esperaba a que salieran del mar, para ayudarles a cargar los trofeos marinos del día. Así pasaron dos años, hasta que un día de invierno se produjo de milagro y accedieron a las filmara. Estas buceadoras se adentran en las profundidades del mar conteniendo la respiración y, antes de perder el aliento, suben a la superficie a respirar. Sin embargo, por querer recoger más frutos del más de su capacidad, a veces sobrepasan su capacidad respiratoria y pierden el conocimiento, sobreviniéndoles la muerte. Pero el mar es alimento, hogar y vida para ellas, por eso siempre vuelven al mar, a pesar de todo, las mujeres que aparecen en la filmación aseguran que si volvieran a nacer serían de nuevo buceadoras. Hasta ese punto aman el mar y su faena, pese al peligro al que siempre están expuestas.

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