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El inimitable maestro del acordeón Shim Sung Rak

2017-01-31

Un hombre anciano camina lentamente hasta el centro del escenario apoyado en un bastón y se sienta en una silla. Es el acordeonista Shim Sun Rak de 80 años. Su delgada contextura contrasta con el instrumento que pesa 27 kg. Sin embargo, cuando estira y cierra el acordeón con soltura, una bella melodía se esparce por el aire.

El concierto “La canción del viento que suena de nuevo” que ofreció Shim Sung Rak el pasado 30 de julio fue muy especial. Al conocerse que el acordeón que había tocado toda su vida había sido destruido por el fuego en un incendio ocurrido en su casa cuatro meses antes, comenzó una campaña de recolección de fondos, que en apenas dos meses logró reunir suficiente dinero para comprarle un instrumento nuevo. Con el nuevo acordeón en mano, ese día Shim Sung Rak agradeció al público con una profunda reverencia hasta el suelo. Fue un instante de gran emoción, en el que lloró el acordeonista y lloró el público.



Shim Sung Rak participó con su acordeón en la mayoría de las grabaciones de los grandes músicos de Corea. Fue también músico de la presidencia y tocó en la mayoría de los actos oficiales organizados por el gobierno. Colaboró también en incontables bandas de sonido de películas, como “Mi madre es una sirena”, “Un bello día de primavera”, “El barbero del presidente”, etc. En la Federación de Intérpretes Musicales de Corea figuran 7.000 canciones interpretadas por él y su participación en la grabación de álbumes supera el centenar. Es, sin lugar a dudas, un testigo vivo de la historia de la música popular coreana.

Su primer encuentro con el acordeón, el instrumento que marcó su destino, ocurrió cuando él era un adolescente. En 1953, cuando estaba terminando la Guerra de Corea, Shim Sung Rak era un estudiante de bachillerato. Solía quedarse junto al altavoz de la tienda de discos de un barrio de Busan, escuchando música y copiando letras de las canciones. También iba frecuentemente a una casa de instrumentos musicales en el centro, por lo que pronto se hizo amigo del dueño. Un día que cuidaba de la tienda cuando el dueño no estaba, probó tocar el acordeón por primera vez. De esta manera, sin ninguna guía ni la ayuda de partituras, le fue arrancando dulces sonidos al acordeón. Entonces ocurrió algo inimaginable. El dueño de la tienda de música y un compositor que era amigo suyo le invitaron a ir con ellos a una grabación en Busan de un conocido programa de KBS, que consistía en un concurso de canto abierto al público. Shim Sung Rak era todavía un estudiante de bachillerato, pero le encargaron el acompañamiento musical de un conocidísimo programa de televisión. Gracias a la experiencia en la grabación del programa de canto de KBS, en 1956 le contrataron para tocar en la banda musical del Ejército. Después de varios años regresó a Busan, donde siguió haciendo música.

Después, en 1966 fue a Seúl por consejo del presidente de una compañía discográfica. Desde entonces trabajó toda su vida en salas de grabación, acompañando a los cantantes más famosos de Corea. En 1969 grabó un álbum con Lee Bong Jo, el mejor saxofonista de esos años. El álbum se llamaba “El rey de la música de salón” y fue un gran éxito de ventas, a pesar de que costaba el doble que cualquier otro disco. En 2009, por primera vez en su carrera, grabó un álbum solista titulado “Escucha la canción del viento”, que contó con la participación del acordeonista de talla mundial Richard Galeano. Al año siguiente recibió el “Premio especial” en los Premios de Música Popular de Corea y en 2010 ganó los premios de “Mejor Momento” y “Mejor interpretación” en el Grand Mint Festival, uno de los festivales de música más importantes del país. En junio del año siguiente, los músicos más jóvenes celebraron un concierto para rendirle tributo. Ninguno de ellos fue remunerado, pero quizá la mejor recompensa fue reunir a 2.500 personas en el Estadio Olímpico de Seúl para homenajear a Shim Sung Rak.

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