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Oh Sang Hoon, arte íntimo y personal en Jebidabang

2017-02-28

Aquí fluyen románticos sones de blues y jazz. Este espacio se llama Jebidabang y se encuentra en Seúl, en el barrio de Sangsu-dong. Cada jueves, viernes, sábados y domingos a la noche hay conciertos en vivo. El lugar no es muy grande. Solo hay seis mesas y 20 sillas y la distancia que separa a los músicos del público es tan solo de un metro. Ni hacen faltan micrófonos: el público escucha las voces de los músicos y los sonidos de los instrumentos al natural. De día el local se llama Jebidabang, que significa “casa de té La Golondrina”, y funciona como cafetería; mientras que de noche cambia de nombre y de cartel, y pasa a llamarse Chwihanjebi, que significa “La golondrina ebria”. En efecto, de noche se vende alcohol y acoge conciertos en vivo. El dueño de este establecimiento tan particular es Oh Sang Hoon, profesor de arquitectura en la Universidad Dankook. Amante de la música, del cine, del arte y la literatura, abrió este local para ofrecer un espacio de arte y ocio a personas de mediana edad.

Además de administrar el establecimiento, programa los conciertos y hasta graba discos. Este espacio le genera más gastos que ingresos, según afirma, pero se siente feliz de mantenerlo operativo. El interés por este tipo de espacios culturales nació en Oh Sang Hoon en 2005, al recorrer Europa como mochilero con su hermano Oh Chang Hoon, especializado en diseño industrial. Entonces, ambos acordaron crear un espacio para debates, y para disfrutar de la música y del arte. El primer local que abrieron fue CTR, siglas en inglés de Investigaciones en Topografía Cultural. CTR se convirtió en un salón para amantes del arte, pues gracias a este espacio, toda clase de músicos, cineastas, escritores y artistas podían encontrarse y mantener largas conversaciones hasta horas avanzadas. De forma natural, CTR se convirtió en un espacio multicultural llamado “Salón Limón”.



Pero no era tanto un espacio de ocio, pues además de discutir ideas, servía a los artistas para realizar proyectos en común y exponer sus obras. Incluso publicaban la revista One Piece Magazine para documentar los procesos creativos y las historias entre bastidores de los artistas. La revista adoptó ese nombre “una pieza”, porque consideraban que cada página era una obra de arte que valía la pena enmarcar. Sacar trimestralmente una revista de 300 páginas sin anuncios publicitarios significaba un gran peso económico, por lo que actualmente su publicación se ha suspendido temporalmente. A fines de 2011 compraron el edificio actual y lo remodelaron del todo, para que el nuevo hogar de CTR fuera un espacio multicultural con escenario, espacio para el público y café-bar. Se trata de un edificio pequeño con un sótano. Para aprovecharlo, Oh Sang Hoon tiró parte del suelo de la planta baja y creó un espacio vacío que dejara entrar la luz al subsuelo. Cuando hay un concierto, los músicos tocan abajo, y el sonido resuena y sube hasta la planta baja.

Terminadas las obras de remodelación, en abril de 2012, abrió el local Jebidabang. Cuando hay concierto, al de la función, el público paga lo que estima oportuno, gracias a un original sistema de gestión del local que Oh Sang Hoon llama “entrada libre, paga al salir”. Durante el concierto se hacen circular las urnas de propina para los músicos, y cada cual aporta lo que considera que vale la actuación de los artistas. Además, desde 2015 Oh Sang Hoon publica cada año un álbum compilatorio de las distintas bandas que actuaron en Jebidabang. En estos momentos prepara el tercero en la sala de grabación de la primera planta del edificio, conocido como CTR Sound. En la segunda planta se ubica el estudio de arquitectura CTR Form Studio de Oh Sang Hoon. Recientemente, ha abierto una sala de reuniones justo al lado de Jebidabang, que también sirve como mini-galería de exposiciones.

Si bien en Jebidang los músicos independientes pueden presentar su música, este otro espacio sirve para que artistas de talento menos conocidos presenten sus trabajos y puedan encontrarse con el público. Además de gestionar Jebidabang, Oh Sang Hoon enseña a sus alumnos con entusiasmo, y crea diseños arquitectónicos con pasión para poder mantener este original espacio multicultural que ha creado, pues no le gustaría tener que cerrar Jebidabang por problemas económicos. Su mayor deseo es que los artistas puedan dedicarse a desarrollar su arte, sin que la falta de dinero recorte su creación e imaginación.

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