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Kim Yuna, dos veces medallista olímpica, es sin duda la deportista más querida por los coreanos. Además de ser la primera surcoreana en obtener medallas olímpicas en patinaje artístico sobre hielo, fue la primera patinadora femenina en lograr el ‘grand slam’, al coronar la Final del Gran Prix, el Campeonato de los Cuatro Continentes, el Campeonato Mundial de Patinaje Artístico y los Juegos Olímpicos de Invierno. Antes de que Yuna Kim debutara en 2005, el patinaje artístico era una disciplina apenas conocida en Corea. Sin embargo, a fuerza de tesón y talento, Yuna conmovió a Corea y al mundo con sus excelentes actuaciones sobre el hielo hasta que se retiró en 2014.

Nacida en 1990 en Bucheon, provincia de Gyeonggi, Kim Yuna comenzó a patinar a la edad de cinco años. Cuando abrió una pista cubierta de patinaje sobre hielo cerca de su casa, se apuntó a clases de patinaje artístico con su hermana mayor como pasatiempo. Pero el profesor reconoció su talento y sugirió a sus padres entrenarla como atleta profesional. Ese fue el comienzo de su carrera como patinadora.  

Perseverancia, tenacidad, empeño… Son palabras que no faltan al hablar de Yuna Kim. Dicen que desde niña odiaba perder, y por eso practicaba una y otra vez para mejorar la técnica, aunque nadie la obligaba hacerlo. Como resultado, logró mejorar rápidamente, y pronto quedó en primer lugar en el Festival Nacional de Deportes Juveniles. Entonces comenzó a entrenar para pasar a las competiciones internacionales, y desde 2004 la joven Yuna surgió como una atleta de clase mundial, al mostrar un excelente rendimiento y obtener medallas en diversas competiciones mundiales, incluido el Gran Prix Junior en 2005. En el año 2009 escribió un nuevo capítulo en la historia de patinaje artístico sobre hielo, al lograr 207,71 puntos en el Campeonato Mundial de Los Ángeles, convirtiéndose en la primera patinadora en romper la barrera de los 200 puntos en la categoría femenina individual. 

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Yuna Kim llegó al apogeo de su carrera en los Juegos Olímpicos de Invierno Vancouver 2010, cuando se coronó campeona olímpica con un nuevo récord mundial de 228,56 puntos, y se convirtió en la primera patinadora artística femenina de Corea del Sur en ganar el oro olímpico. Luego decidió hacer un receso de dos años, aunque se mantuvo en el centro del escenario olímpico al aceptar ser embajadora de la candidatura de PyeongChang 2018, como anfitriona de los Juegos de Invierno. En julio de 2012 en Durban, Sudáfrica, realizó una conmovedora presentación ante los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) que ayudó a la ciudad surcoreana asegurar la organización de los juegos invernales. 

Kim volvió a la pista de hielo en 2013 y subió a la cima del podio en el Campeonato Mundial de Patinaje Artístico con una actuación sobresaliente, superando la presión de estar a la altura de las expectativas del público. Y un año más tarde logró ganar una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Invierno Sochi 2014, pero tras esa competición anunció su retirada.