Los hijos de personas ricas y famosas suelen recibir una enorme atención, bien sea por seguir el mismo camino que sus padres o bien llevar una vida de lujo sin ser capaces de valorar el esfuerzo de sus progenitores. Sin embargo, a veces hay excepciones, como es el caso de Chey Min Jung, la segunda hija del presidente del Grupo SK, uno de los conglomerados o “chaebols” con gran influencia en la economía surcoreana. Aunque es hija de uno de los hombres más ricos del país, es más conocida por poner en práctica el dicho “nobleza obliga”, es decir, la idea de que aquellos con mayores privilegios o posición social elevada tienen la responsabilidad moral de ayudar a los demás.

Chey Min Jung nació en Seúl en 1991. Su padre, Chey Tae Won es uno de los empresarios más famosos del país por estar al frente del gigante SK, mientras que su madre, Roh Soh Yeong es la fundadora y directora del Centro de Arte Nabi e hija del difunto ex presidente surcoreano Roh Tae Woo. Se graduó en administración de empresas por la Universidad de Beijing, y a diferencia de lo que muchos pudieran pensar, la joven Chey optó por trabajar a tiempo parcial para costearse sus gastos durante su tiempo en la universidad. A su regreso a Corea, cofundó un centro comercial digital, pero para sorpresa de todos, poco después se alistó a la Armada en 2014. Llamó la atención al ser la primera hija de un presidente de conglomerado en alistarse como cadete en la Escuela Naval Militar. Durante sus años de servicio al país estuvo a bordo del destructor Yi Sun Sin Chungmugong como asistente de inteligencia por seis meses. También cumplió misiones en el extranjero, como en la Unidad Cheonghae en Somalia, para proteger a las embarcaciones surcoreanas de ataques de piratas en las aguas del Golfo de Adén, hasta que en 2017 se retiró del cuerpo militar con el grado de teniente. De vuelta a la vida civil, trabajó en una empresa de inversión de China y luego en 2019 en la empresa líder de semiconductores SK Hynix, donde estuvo hasta 2022. En la actualidad reside en Estados Unidos, donde participa en actividades de voluntariado sin percibir remuneración. En una de ellas asesora a una startup de telemedicina con sede en San Francisco dedicada al diagnóstico de forma remota del trastorno por déficit de atención con hiperactividad, y también enseña a jóvenes desfavorecidos en una organización sin ánimo de lucro llamada “SMART”. 

En cuanto a su trayectoria profesional, fundó una empresa emergente llamada “Integral Health”, dedicada a crear programas para tratar la salud mental. Su objetivo es que cada vez más personas puedan recibir servicios de salud mental a un precio razonable, para garantizar el bienestar de las personas. Sin duda, es foco de atención por sus actividades, un tanto inusuales para ser integrante de una familia de “chaebol”, pero en su currículum figura una amplia gama de habilidades y experiencias como empresaria, oficial naval, oficinista y voluntaria.