Al preguntar a cualquier coreano cual es el sitio perfecto para observar una vista panorámica de Seúl, seguramente muchos nombrarán el monte Namsan, el pico más alto de toda la capital. Vale la pena visitarlo en cualquier época del año, ya que en cada estación ofrece un paisaje y actividades diferentes. En una palabra, es un lugar imprescindible a la hora de conocer Seúl. Interesados en visitar Namsan, mejor dicho la Torre N, la primera pregunta que harán es… ¿Cómo se llega? Desde el primero de mayo de 2005, se ha implementado una ley que prohíbe el acceso a la Torre N en vehículos particulares, a fin de proteger el medioambiente y el ecosistema.


Así que tienen dos maneras de acceder: una es caminando desde la estación de metro más cercana; y la otra es tomar un bus rotatorio que los lleva hasta casi la entrada principal de la torre, pero también desde una estación de metro. Obviamente, si uno decide tomar un taxi, no va a tener ningún problema para llegar hasta el pico más alto desde donde estén, ahorrando tiempo, si es que evitan las horas-punta de tráfico. La verdad que esta opción no es mala, pero estos días hace buen tiempo y de camino hacia el mirador pueden encontrar otros atractivos de Seúl así que, les recomiendo la siguiente ruta: como a veces resulta cansado subir caminando, ¿qué tal llegar hasta la cima en teleférico y volver andando? Según mi experiencia, la manera más conveniente de llegar hasta la Torre N es desde la salida 1 de la estación Myeongdong, la línea del metro número 4 del color celeste del mapa. Caminan un par de minutos recto hasta encontrar el edificio de Corporación Eléctrica que dice KEPCO a su derecha, y al lado, verán la oficina de Cruz Roja. Doblen hacia la derecha con dirección hasta la Embajada China en Seúl y, al caminar unos 15 minutos máximo a paso normal, encontrarán la entrada del teleférico hasta la cima de Namsan, o sea la Torre N. Como van a regresar a pie, compren el boleto solo de ida, que cuesta 6 mil wones –equivalente a unos 5 dólares-, pero si no se animan bajar caminado, compren desde el inicio el ticket de ida y vuelta -que vale 8 mil wones- y así pueden ahorrar bastante. El teleférico opera todos los días desde las 10 de mañana hasta las 11 de la noche.


Una vez en la cima de Namsan, lo primero que verán ante sus ojos es una enorme torre que se tiñe de diferentes colores por las luces láser. Si disponen de suficiente tiempo, les sugiero que suban hasta el observatorio, que pueden ver mejor, y sin viento, toda la escena panorámica de Seúl tanto del norte y sur, como del este y oeste. Namsan tiene 243 metros y el observatorio está ubicado a 479 metros sobre el nivel del mar, así que, seguro que verán aún más lejos. Eso sí. Para su acceso deben pagar una entrada, que vale 9 mil wones por persona, o sea unos 8 dólares. Antes de explicar la composición de la Torre N, les explico que en realidad, este observatorio fue construido inicialmente por tres emisoras privadas en agosto de 1975 para colocar sus antenas y de paso, servir de un destino turístico que permitiera a los visitantes observar la metrópoli desde una localización céntrica. La Torre N tiene 5 pisos, pero su altitud es mucho mayor que los edificios convencionales. En el tercero se ubica el observatorio y en el resto, varios restaurantes tanto internacionales como coreanos, y también bares y cafeterías. Los precios varían según el establecimiento. Hay para todos los bolsillos así que, antes de entrar y hacer el pedido, primero miren bien el menú. La torre también dispone de un museo de osos de peluche Teddy –la entrada también es aparte y cuesta 8 mil wones, unos 7 dólares- y tiendas de cosméticos y regalos. Pero lo mejor no tiene precio. Desde cualquier punto de la planta baja de la Torre N se puede disfrutar a tope del panorama de Seúl. Tampoco se olviden de sacarse una foto junto a la pared de candados. Si fueron con su pareja o tienen a alguien a quien pedirle felicidad eterna, pueden comprar uno en la tienda de regalos y colocarlo en ese alambrado, una vez escrito su nombre y el de su media naranja. Quizás sea un mito, pero se dice que así, se cumple este deseo de estar con la persona amada. Por algo, todos siguen poniendo sus candados, ¿no lo creen?

¡Un último tip para todos los visitantes! Les recomiendo que lleguen a Namsan entre las 4 y 5 de la tarde porque así, podrán ver todo Seúl tanto de día como de noche, ya que la urbe ofrece un nuevo paisaje cuando el sol se pone y los neones se adueñan de la ciudad. Recuerden que tienen que calcular la hora de la puesta de sol según cada estación. En este lugar, podrán dejar atrás por un rato el ajetreo de la gran ciudad, y disfrutar del ambiente armonioso pero emocionante que ofrece Seúl, la capital de Corea.