A fecha de hoy, en Corea del Sur hay aproximadamente 20 embajadas y consulados de países de América Central y del Sur. Si bien existe una nutrida representación de oficinas diplomáticas, para afianzas las relaciones bilaterales, lamentablemente no es suficiente como para exponer todas sus culturas. Hasta hace una década, la cultura latina no era tan popular entre los coreanos, más que nada por su desconocimiento y lejanía geográfica. Pero hoy en día, cada día son más las personas que desean conocer ese viejo continente, desde el arte y la comida, hasta su historia y turismo. Pero mucho antes de este auge por lo latino, concretamente en septiembre de 1997, abrió las puertas el Centro Cultural de América Latina en las afueras de la capital, con el fin de ofrecer a los locales más oportunidades de acercarse a esta inagotable fuente de cultura, al tiempo de permitir a los artistas latinos exponer sus obras al público oriental. Los fundadores de este centro son el ex diplomático coreano, Lee Bok Hyeon, y su esposa Hong Gap Pyo, quienes residieron en países latinos durante más de 30 años. Desde su primer viaje al otro lado del mundo, la pareja empezó a interesarse muchísimo por esa cultura -tan peculiar para ellos- y durante esas décadas lejos de casa, recolectaron artículos tradicionales de sus viajes por casi todos los países de América Central, del Sur y del Caribe. Así, después de retirarse, la pareja hizo realidad su sueño de compartir sus experiencias y colecciones culturales con sus compatriotas coreanos, creando ellos mismos este centro cultural.

Faltan pocos años para que este lugar cumpla su vigésimo aniversario. Durante todo este tiempo, se ha convertido en símbolo de la cultura latina en Corea, gracias al empeño de sus fundadores por mantener vivo este espacio, ampliando sus colecciones, celebrando eventos y exposiciones, y también ofreciendo algunos de los platos más representativos del mundo hispano. Debido a sus buenas instalaciones y mantenimiento, el centro no solo es visitado por coreanos interesados en América Latina; sino también por muchos turistas extranjeros o latinos que viven en Corea y extrañan su cultura.


Ahora les invito a conocer con un poco más el lugar en detalle. El centro consta de un gran edificio que se divide en varias secciones. En la parte delantera, hay un jardín con numerosas esculturas, y al lado hay un restaurante de comida latina. Está abierto durante todo el año, pero se recomienda ir en épocas de buen tiempo, ya que tanto su jardín como otros espacios al aire libre, ofrecen mucho para ver. Todo el centro destaca por una original arquitectura, mejor dicho, puramente latina. Asimismo, en su interior se puede sentir aún más esa pasión latina, por las numerosas colecciones allí albergadas, que provienen de México, Perú, Guatemala, Costa Rica y muchos países más. En particular, cuenta con unas excelentes muestras relacionadas con los mayas, los incas y los aztecas. Desde máscaras, pinturas y esculturas, hasta adornos y artesanías, es posible ver y experimentar la verdadera cultura latina, principalmente de los indios y aborígenes. Al otro lado del edificio, hay un sector exclusivamente dedicado a la cultura católica, religión oficial de muchas naciones latinoamericanas. Y finalmente, tras recorrer el lugar, pueden alegrar su estómago dirigiéndose al restaurante, que sirve platos típicos latinos y españoles en exclusiva, siendo los platos más populares la paella y los tacos. Recuerden reservar mesa en el restaurante con al menos con un día de antelación, ya que solo abre de lunes a sábado durante la hora del almuerzo.

¿Cómo llegar?
En la salida número 1 de la estación Gupabal de la línea 3 del metro, hay una parada de autobús. Deben tomar el número 7731, 703 o el 33. Cualquiera de los tres deja cerca del centro cultural. Está abierto todos los días del año, de 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde, incluso feriados. La entrada cuesta unos 5 dólares aproximadamente.