Al tomar un autobús en la salida número 3 de la estación de Gyeongbokgung de la línea 3, y bajarse en la parada de Changeuimun, pueden tener la sensación de haber viajado lejos de Seúl, porque aquí no hay edificios altos ni atascos de coches ni gentes que corren de un lado para otro. Lo que podrán ver es una escena que fácilmente se observa en las áreas rurales, de calles de tierra, muchos arboles y abundante vegetación… y lo que más desea la gente de las grandes ciudades: tranquilidad y aire puro.


Aunque pueda parecerles mentira lo que estoy describiendo, todo lo dicho está a pocos minutos del palacio real de la dinastía Joseon, Gyeongbokgung. Si bien pertenece a la región administrativa de Seúl, su entorno es inclusive mejor de lo que pudieran ofrecer las provincias que se caracterizan por su hermosa naturaleza. Al poner el pie en este barrio, se darán cuenta que en la capital también se puede gozar de aire puro. Este barrio preserva intactos los rastros del pasado y en especial, es frecuentado por amantes de la literatura, porque aquí es donde paso la adolescencia y la juventud uno de los poetas más queridos y recordados por los coreanos, Yoon Dong Ju. Una de sus poesías más populares reza así: ‘Voy a amar todas las cosas que están perdiendo vitalidad. Y voy a seguir el camino que me corresponde. Hoy, esta noche, la estrella disfruta del viento’. Según lo dado a conocer, el poeta se inspiró en las colinas que rodean este vecindario para escribir esta hermosa frase. Siguiendo esta calle con una precipitada subida, que se ubica entre medio del monte Inwang y Bukak, llegarán a una cima que es incomparablemente mejor que un observatorio, porque desde aquí podrán ver la hermosa vista panorámica del barrio y, a lo lejos, la iluminada y colorida urbe llena de rascacielos.


El barrio Buamdong es perfecto para aquellas personas que quieren alejarse un poco de los ruidos y la ajetreada rutina de la ciudad. Tras dar un paseo por el barrio, pueden relajarse en alguna de las cafeterías que se ubican entre las calles. No se trata de establecimientos modernos, como las grandes cadenas de cafeterías, ni cuentan con instalaciones de última moda o tecnología, como pantallas gigantes o computadoras. Mayormente, son viejas casas que fueron remodeladas; pero al entrar se darán cuenta que no puede haber otro lugar que les ayude a relajarse más, al tiempo de permitirles apreciar lo bello que es Seúl desde lejos. Estas cafeterías son en general muy coquetas y tienen una muy buena decoración, con numerosos accesorios. Además, la mayoría cuenta con espacios al aire libre, ya sean terrazas o jardines, para que los clientes puedan disfrutar de las cuatro estaciones del año, tal como frío en invierno, pero acompañados de una chocolatada o café, y calor en verano, con un refresco helado o algún zumo. Como dije, lo más valioso y apreciable de Buamdong es el entorno natural, así que, ya sea en medio del camino o en una de estas cafeterías, pueden disfrutar de la naturaleza, del aire puro y de claros cielos.

Tras un breve descanso, pueden conocer cada rincón un barrio que tiene cualidades muy similares a la provincia oriental de Gangwon. Es una zona montañosa, y entre una y otra hay varios arroyos, siendo el más popular el llamado Baeksasil. Cerca de este arroyo, en la cima del monte Samgak, se sitúa el templo budista Hyeontongsa. Lo primero que les da la bienvenida son unas escaleras de piedra, al estilo de los viejos tiempos, y la gran puerta de la entrada principal; con imágenes coloridas dan más ganas de conocer este sitio. No es un templo grande y su interior es similar a otros de su tipo; pero al estar entre medio de la naturaleza, cambia mucho la impresión de los visitantes según cada estación. En especial es recomendable visitarlo en otoño, cuando el entorno se tiñe de colores rojizos y marrones, o en invierno, cuando el templo y sus alrededores están cubiertos de blanca nieve.