Personalmente, la primera imagen que se me pasa por la cabeza al pensar en vías ferroviarias son las películas del oeste de Estados Unidos o los trenes siberianos, porque eso es lo que más me ha quedado en la mente por las películas que he visto. Seguro que los abuelos que vivieron la Guerra de Corea relacionarán los trenes con la separación de sus seres queridos, mientras que los más jóvenes pensarán en románticos viajes. En fin, al ser el tren un trasporte muy utilizado y popular en Corea, cada uno evocará su propia historia. Para aquellos que deseen saber un poco más sobre los diferentes pensamientos y recuerdos de los coreanos sobre trenes y ferrocarriles, les recomiendo visitar el barrio de Ohryudong, al extremo oeste de Seúl. También será un paseo perfecto para aquellos que busquen un sabor peculiar, porque es un entorno que no se puede ver fácilmente en cualquier parte del mundo.


No hace faltar recordarles lo moderno que es Seúl. Distritos muy desarrollados con altos edificios y calles asfaltadas: esto es la capital de Corea. Pero no crean que toda la urbe es así, porque aún quedan espacios que no están totalmente desarrollados, como el distrito de Guro. Si bien tiene una zona con rascacielos y grandes complejos de apartamentos, al otro lado hay un área amplia que parece un campo, y de vez en cuando hay pequeñas casas o tiendas de un solo piso, o tal vez algunas de dos. Creo que la mejor descripción de esta zona aún no desarrollada es ‘campo’, porque en esta parte, aún crece maíz y otros cultivos, como los que solemos ver al viajar varias horas desde la metrópoli. No se olviden de llevar una cámara fotográfica para inmortalizar en algunas instantáneas un entorno natural que tan solo atraviesan unos raíles de tren y algunas personas –bien solas o en grupo- al dar un paseo, porque con la rápida urbanización, en poco tiempo –e incluso en cuestión de meses- podría desaparecer por completo.


Siguiendo la vía del tren, a ambos lados hay amplias zonas verdes. Es el llamado Arboreto Verde de Seúl y cuenta con un pequeño embalse. Aquí pueden respirar aire fresco y sentir el olor de la naturaleza en libertad. Aunque estos meses hace demasiado frío para pasar mucho rato al aire libre, en épocas soleadas, pueden echar una siesta bajo la sombra de un árbol, o tomar el sol aquellos que necesiten vitamina D.
Posteriormente pueden dirigirse a la estación de metro, donde aún permanecen intactas las viejas casas de hace décadas. Hay bastantes tiendas y edificios vacíos o no muy cuidados, pero eso también es parte del encanto de este barrio, que ofrece la sensación de viajar al pasado. Aquellos que quieran conocer los diferentes aspectos de la capital, así como otros lugares no tan populares, les recomienzo que visiten esta zona, que seguro que les van a encantar, porque les garantizo que no hay ningún otro lugar como éste, al menos en Seúl.


¿Cómo llegar?
En metro, deben optar por la salida 2 de la estación Ohryudong de la línea 1 o la salida 2 de la estación Chungwang de la línea 7. Justo en la salida, verá un amplio terreno sin edificios, sino solamente unos rieles ferroviarios, parques y arboretos, o sea un paisaje natural tan increíble, que no parece de Seúl.