ⓒ YOUNGPYUNGSA

Si las flores de primavera son coloridas y espléndidas, las flores de otoño son sencillas pero puras. Cuando los días se acortan y el aire se vuelve más fresco, empiezan a florecer las manzanillas anunciándonos la llegada de la nueva estación, tal como decía el poeta Kim Yong Taek: ¨el otoño llega con el florecer de las manzanillas, y se va cuando sus flores se marchitan¨. 

En la ciudad de Sejong, hay un pequeño monasterio que ofrece un bello paisaje repleto de manzanillas en pleno apogeo. Es el templo Youngpyung, ubicado en la falda del monte Janggun. No tiene una larga historia ni patrimonios culturales, pero su paisaje florido es tan hermoso y único que lo convierte en uno de los templos más destacados en otoño. Las manzanillas cubren el recinto del templo y su entorno, coloreando el paisaje de un blanco puro como si estuviera cubierto de nieve. 

Pero no estuvieron allí desde el principio, sino que fue gracias al abad del templo Youngpyung que las manzanillas pueden ostentar al máximo su belleza a día de hoy. Hace más de diez años, mientras el abad paseaba por el monte encontró algunas manzanillas y se enamoró de su pureza y ternura. Desde entonces empezó a cultivar manzanillas en el templo y en las cuestas del monte, y las cuidó con mucha dedicación por largo tiempo. Así, el templo Youngpyung es conocido como un espacio sereno donde la frescura de la naturaleza y la fragancia de las manzanillas purifican la mente y el espíritu. 

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El paseo desde la falda del monte Janggun hasta el templo es en sí una delicia. Se extiende un camino de aproximadamente 1 kilómetro repleto de manzanillas, y al llegar al templo encontrarán un patio de césped amplio frente al Daeungjeon, que es el oratorio principal. A la izquierda del oratorio se ubica un pequeño pabellón llamado Samsingak, desde cuyo patio se puede apreciar la estatua de buda y el Daeungjeon entre las manzanillas. Caminando en silencio entre las flores, viendo las mariposas y respirando el aire fresco, podrán relajar la mente y sentir una gran calma interior. 

El templo ofrece una experiencia amena los 365 días del año, pero la mejor época para visitarlo es en octubre, cuando las manzanillas llegan a su plena floración. Este mes también se celebra el ´Festival de las manzanillas´, muy popular por sus diversos eventos que entretienen a la gente pero, sobre todo, por la oportunidad de degustar la comida del templo. En el almuerzo ofrecen gratuitamente un plato de fideos coreanos llamado janchi guksu, y después de comer pueden dirigirse a la tetería del frente del Daeungjeon y pasar una tarde tranquila bajo la brisa del otoño, acompañados de una taza de té.