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Buckhon es un barrio de casas tradicionales que se encuentra en Seúl, entre los palacios Gyeongbokgung y Changdeokgung. En los tiempos de la dinastía Joseon, vivían en esta zona los funcionarios de alto rango de la corte, por lo que las casas eran grandes y estaban separadas por vastos espacios. No obstante, el paisaje actual de Bukchon es un tanto diferente: las grandes construcciones han sido reemplazas por casas tradicionales de tamaño mediano y pequeño, una tras otra. En la década de 1920 la zona tomó ese aspecto al realizar diversas remodelaciones para resolver la escasez de viviendas, derivada de la concentración urbana que aumentó durante la ocupación japonesa. Entonces, las casas fueron rediseñadas con un tamaño menor y pasaron a ser habitadas por la clase media y por el pueblo en general. Así fue como nació lo que es hoy la Aldea Hanok de Bukchon, una maraña de callejuelas donde palpita la historia y se percibe la tradición.  

El recorrido por esta aldea empieza en el Centro de Información Turístico, en la salida nº 3 de la estación de metro Anguk. Una vez allí, pueden pedir un mapa del barrio y ya estarán listos para explorar todos los encantos del barrio. También es buena idea pasear sus bellas callejuelas en hanbok –el traje tradicional coreano-, que encaja perfectamente con el paisaje tradicional de las casas hanok. Para conseguir uno, basta con asomarse a cualquiera de las múltiples tiendas de alquiler de hanbok que abundan por la zona y elegir color y diseño. ¡Ah, otro punto importante! La aldea tradicional de Bukchon es una zona residencial antes que un enclave turístico, y por ende es primordial respetar el espacio privado de la gente que vive allí.

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No hay regla establecida sobre cómo disfrutar de esta aldea tradicional, pero para facilitar el paseo por toda su extensión, han definido ocho enclaves con las mejores vistas de Bukchon, que engloban una vista panorámica del Palacio Changdeokgung, la calle delos  artesanos, el mirador de los tejados de Bukchon, y la calle de piedras Samchongdong, entre otros.   

Esta aldea es uno de los sitios de visita obligada para todos aquellos que visiten Seúl, tanto por la belleza de sus callejuelas, como por las experiencias únicas que allí se ofrecen. Entre las casas tradicionales –que siguen siendo habitadas por vecinos- hay varias que han sido remodeladas y convertidas en comercios que ofrecen gran variedad de actividades. Si les gustan el té y el café, pueden pasar por los salones de té tradicionales coreanos para disfrutar de un “deliciosos tecito” en un ambiente tranquilo y bello, al estilo coreano. Pero si son amantes del arte, diversas galerías adornan las callejuelas del barrio con obras de artistas coreanos. Allí también podrán aprender caligrafía tradicional y la artesanía local. Además hay restaurantes, tiendas de recuerdos, estudios fotográficos, florerías y otros locales, donde podrán encontrar miles de atracciones y sugerentes planes. 

Para culminar con broche de oro su paseo por la Aldea Hanok de Bukchon, no hay nada mejor que hacer noche en una de las viviendas tradicionales coreanas. Pero no solo se trata de alojarse en una casa hanok, sino que también podrán experimentar en primera persona las costumbres y la cultura tradicional de Corea. La reserva para los albergues puede hacerse online por medio de sitios como airbnb.com o booking.com, entre muchos otros.