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Octubre es la mejor época para caminar. Los vientos frescos y el cielo profundo y azulado de Corea invitan a saborear las bellezas del otoño, que son un verdadero deleite para los sentidos. Pero el otoño de Corea se caracteriza principalmente por dos elementos fundamentales: el rojo intenso que se desprenden de los arces, y los vastos campos dorados de eoksae (juncos asiáticos) que crean una vista sin igual. A propósito, les presentamos los principales cuatro senderos para disfrutar de estos bellos y únicos paisajes otoñales de Corea.

El primero es el Camino del Cielo Eoksae en los Alpes de Yeongnam, una cadena montañosa formada por siete montes de las provincias de Gyoengsang del Norte, Gyeongsang del Sur y la ciudad de Ulsan. Se llama así, los Alpes de Yeongnam, por su vista espectacular, comparable a la de los Alpes europeos, creada por montañas de más de 1.000 metros de altura sobre el nivel del mar. En particular, destacan las infinitas colonias de juncos eoksae que decoran ese entorno natural virgen. Estas hierbas silvestres, que empiezan a verse a partir de septiembre, llegan a su plenitud en el mes de octubre pintando un paisaje verdaderamente apacible. Formado por cinco tramos, el camino recorre unos 30 kilómetros a lo largo de las crestas de los Alpes de Yeongnam. La caminata es fácil y relativamente llana, por lo que se puede hacer el recorrido completo en un solo día. Sin embargo, es recomendable dedicar dos días para poder disfrutar de un paseo más tranquilo y placentero. Claro, es otra opción recorrer los tramos en parte o utilizar el funicular para ahorrar tiempo y energía.    

El Camino Arame es otro de los senderos más bellos de Corea. Situado en la ciudad de Seosan, en la provincia de Chungcheong del Sur, es especialmente famoso por sus vistas magnificas que crean la armonía de las montañas y el mar. De las 6 rutas que lo conforman, la más placentera en otoño es la ruta nº 1, con 18 kilómetros de longitud, que conduce a un mundo increíblemente mágico, donde brillan por doquier los intensos colores rojos que se desprenden de los arces. Además, suman atracción los importantes patrimonios culturales que pueblan este sendero. Entre los más destacados se incluyen el templo Gaesimsa y la tríada de Buda esculpida en la roca en Yonghyeon-ri. 

Otra de las rutas más apreciadas y visitadas por los senderistas coreanos es el Camino Nadeul, ubicado en la isla Ganghwa, ciudad de Incheon. Compuesto por 16 tramos, el Camino Nadeul alberga una gran variedad de bienes históricos y culturales. La más bonita para caminar en otoño es la ruta nº5, el Camino Gobigogae, que anteriormente era la vía principal mediante la cual que se llegaba al mercado del pueblo. Ahora, se ha convertido en un bello paso de montaña, no muy alto, donde a lo largo de los 20,2 kilómetros se extiende un paisaje de verde infinito. La mayor atracción es el mirador Jeokseoksa Nakjodae, uno de los mejores lugares para contemplar la puesta del sol en Corea. Además, enamoran las crestas de las montañas, el mar y los arces rojos en plena otoñada, que crean una vista realmente maravillosa. 

Asimismo, constituye un lugar de visita obligada el Camino de Viento del Río Nakdong. Este sendero de caminata fue abierto en 2017 y conecta algunos de los puntos turísticos más famosos de la zona, como el monte Okjubong, el sitio de rodaje del drama “Sangdo” y el Parque del Escultor, entre otros. Pero la verdadera joya se encuentra en Gyeongcheondae, conocido como el lugar más hermoso a lo largo de casi 510 kilómetros del Río Nakdong. Allí se contempla una vista espectacular del sinuoso río Nakdong que fluye entre las hermosas formaciones rocosas. Con paredes de acantilados y pintorescos paisajes, es un verdadero remanso de paz que destila una sensación de misterio y serenidad sin igual.