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El Gobierno ha revelado el borrador de la hoja de ruta para la vuelta a la normalidad que implementará en noviembre, con nuevas pautas de control sanitario y distancia social. El plan refleja la voluntad de las autoridades de normalizar la actividad económica y la vida diaria de los ciudadanos mientras persiste la pandemia, considerando tanto las dificultades de los comerciantes como el cansancio de la población, y ante un contexto donde todo parece indicar que el COVID-19 ha venido para quedarse.

Según anticiparon, las pautas de “vuelta a la normalidad” se implantarán gradualmente, en tres fases de seis semanas cada una. Al completar la tercera fase, que seguramente finalizará en marzo de 2022 si no surgen variables inesperadas, retirarán todas las restricciones sobre operativa de instalaciones de uso público, actividades multitudinarias y reuniones privadas. No obstante, cabe aclarar que cada fase constará de cuatro semanas de ejecución y dos de evaluación, para decidir si pasar a la siguiente fase. A tal efecto, valorarán la tasa de vacunación, la disponibilidad de camas hospitalarias, sobre todo en salas de terapia intensiva, la incidencia de patologías graves, el número de muertes y la tasa básica de reproducción del virus.

La Fase 1 prioriza la flexibilización de pautas preventivas para reactivar el pequeño comercio y la economía popular, mientras que la Fase 2 y la 3 valoran permitir actividades de gran envergadura y desactivar las restricciones a las reuniones privadas, respectivamente.

Así, para empezar, desde el 1 de noviembre desaparecerán las limitaciones de horarios, excepto para los establecimientos de ocio nocturno, mientras que las reuniones privadas permitirán un máximo de diez asistentes, aunque no incluyan a personas vacunadas. En tanto, el acceso a instalaciones consideradas de “alto riesgo” de contagio, como bares y gimnasios, requerirá un certificado de vacunación o PCR negativa. El uso de mascarilla seguirá siendo obligatorio tanto en espacios cerrados como abiertos, sin embargo las autoridades valoran retirar esta pauta en Fase 2.

Las actividades multitudinarias podrán acoger un máximo de cien participantes incluyendo personas no vacunadas en Fase 1 y 2, aunque en caso de tratarse de personas vacunadas, dicho límite se ampliará hasta 500 en Fase 1, para luego desaparecer en la Fase 2.

Las medidas de “vuelta a la normalidad” son necesarias, pero también preocupa que relajar las pautas genere un repunte de contagios, como ha ocurrido en muchos otros países, ante el rechazo a la vacunación que aún persiste entre algunos ciudadanos, la pérdida del efecto preventivo de los ya vacunados y la proliferación de nuevas variantes. Por tanto, el Gobierno planea mantener el control sanitario básico - sin suprimir de momento el uso obligatorio de mascarilla- y los sistemas de rastreo de contagios, como registro electrónico o por teléfono de usuarios en instalaciones de uso público.