El gobierno de Seúl inició las investigaciones para establecer si las autoridades de China tomaron las medidas y procedimientos correspondientes con el coreano ejecutado, de apellido Shin, y con el otro detenido, fallecido en prisión.
Se supo por las manifestaciones de otros dos coreanos, arrestados con el que fue sentenciado y ejecutado, que las autoridades chinas se negaron a la petición formulada por los encarcelados de un encuentro con diplomáticos coreanos acreditados en China. Este hecho motivó al gobierno de Surcorea a realizar las indagaciones respectivas.
Con relación al tema, el embajador coreano en China, Kim Ha Joong, lamentó la muerte de los ciudadanos coreanos sin la protección adecuada y la notificación tardía de la ejecución. Así se lo expresó al vicecanciller chino, Wu Dong He, en la reunión que mantuvo con este funcionario, solicitándole además tomar medidas razonables por medio de una rápida y severa investigación. Al respecto, el viceministro Wu manifestó su comprensión sobre el tema y la expectativa de dar una respuesta en un futuro cercano.