Las dos Coreas objetaron la distorsión de la verdad histórica cometida por Japón entorno a las mujeres que estuvieron sometidas a la esclavitud sexual durante la Segunda Guerra Mundial en el seno de las Naciones Unidas.
En la reunión sobre derechos humanos que se abrió en la sede de la ONU en Ginebra, el representante surcoreano, Lim Hoon Min, declaró que el gobierno de Tokio debe respetar las recomendaciones que se le hicieron con relación al tema de las víctimas de la prostitución forzada impuesta por los nipones.
Asimismo, el delegado norcoreano, Choi Myong Nam, instó a Japón a decir toda la verdad acerca de las violaciones de derechos humanos en las que incurrió en el pasado y a retirar cualquier medida discriminatoria aplicada en contra de los norcoreanos residentes en ese país.