Debido al décimo quinto tifón, Rusa que azotó la península coreana durante dos días, se han derrumbado montes e inundado diferentes puntos del país, provocando la muerte de 120 personas y la desaparición de otros 74, según datos de las 15.30, hora local, del lunes, contabilizados por KBS. En especial, la región de la ciudad de Kangnung, en el noreste del país, se ha convertido en una zona marítima por la histórica precipitación de 897.5 mm en un solo día, la mayor en los registros meteorológicos de Corea. El tifón paralizó la red de transporte del país por aire, tierra y mar, destruyendo carreteras y ferrocarriles. A lo largo de la nación, 33 puntos de 8 diferentes rutas ferroviarias, 11 de autopistas y 84 carreteras nacionales sufrieron grandes daños. En cuanto al número de refugiados, el mismo ha superado las 50 mil personas en todo el país. Además, debido al fuerte viento, se derrumbaron postes de energía eléctrica, causando amplios cortes de electricidad. La superficie agrícola afectada es de 85.000 hectáreas, en tanto que la zona frutícola perjudicada alcanza las 22.800 hectáreas. Se informó también que 160.000 hogares carecen de agua potable en 16 diferentes centros urbanos de la nación. La Oficina Central de Medidas de Emergencia reunirá a todo el personal y equipo disponible para las obras de recuperación, limpieza y desinfectación, que ya se iniciaron. Ante los enormes daños provocados por el tifón, la casa presidencial hizo públicas palabras de consuelo tanto a los familiares de los fallecidos por la catástrofe como a los que perdieron sus hogares. Desde el Poder Ejecutivo se comprometieron a ofrecer la mayor asistencia a todos los afectados para que puedan retomar sus actividades. Al mismo tiempo, se pidió la colaboración de la ciudadanía para que todo el pueblo unido pueda salir de las ruinas que ha dejado el tifón.