A poco más de ocho meses de la realización del Mundial de Fútbol de la FIFA Corea-Japón 2002, el consorcio francés de compañías de seguros encabezados por Axa, que era donde la FIFA había sacado la cobertura de la Copa, anunció la rescisión del contrato. La decisión se basa en el cambio notorio de la situación internacional después de los ataques terroristas sufridos por Estados Unidos en septiembre y su posterior respuesta contra Afganistán.
La compañía de seguros envió una carta a la FIFA en la cual se pide la renegociación de las actuales condiciones con un plazo que vence el 11 de noviembre, caso contrario se considerará inválido el contrato. Entre los riesgos originariamente cubiertos por el consorcio figuraban aquellos derivados de posibles atentados. La aseguradora Axa considera que el nivel de probabilidades de posibles acciones terroristas creció en gran medida después de lo sucedido el 11 de septiembre en Nueva York y Washington con la posterior reacción estadounidense contra Afganistán.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, dijo que la empresa manifestó no estar en con condiciones de asegurar el Mundial de 2002, por lo que las autoridades de ese organismo rector del fútbol mundial tiene un mes para encontrar una nueva cobertura que, se estima, resultara más costosa.