Los habitantes de Corea del Sur celebraron en calma el nacimiento de Jesucristo. Lo hicieron en familia acudiendo a las misas o a distintas funciones religiosas.
Las iglesias tanto protestantes como católicas celebraron misas de Navidad en la que recordaron el nacimiento del niño Jesús y oraron para abandonar la vida materialista y pagana como también para recuperar el espíritu familiar.
Mucha gente no salió de Seúl; sólo se movilizaron para pasar el día en familia visitando parientes e intercambiando regalos de Navidad en contraste con los centros comerciales y cines que se llenaron de jóvenes.