El Centro Nacional del Cáncer y el Hospital de la Universidad Nacional de Seúl han descifrado por vez en el mundo la interrelación entre obesidad y los brotes de un segundo tipo de cáncer en el organismo humano. Así, concluyen que los pacientes obesos son más propensos a adquirir un segundo tumor en otro órgano no afectado por el primer cáncer.
Según afirman, aquellos que no padecen cáncer pero presentan un índice de masa corporal superior a 30 kg por metro cuadrado, presentan un riesgo ante dicha patología de un 12%; mientras que el mismo nivel de obesidad en pacientes con cáncer, el peligro aumenta a más del 40%, disparidad analizada en casos de cáncer colorrectal, renal y de hígado.
Los médicos explican que para prevenir la formación de un segundo tipo de tumor maligno, es necesario cambiar la dieta y controlar el peso, para impedir que los malos hábitos provoquen mutaciones genéticas que aumenten el riesgo de cáncer.
Dicho estudio se llevó a cabo durante 8 años, periodo en el que realizaron un seguimiento entre 240.000 hombres con cáncer.