Tras encontrarse en la línea de demarcación militar a las 9:29 a.m. del viernes 27, y la subsiguiente ceremonia de bienvenida, el presidente surcoreano Moon Jae In y el líder norcoreano Kim Jong Un entraron a las 10:15 a.m., 15 minutos antes de la hora prevista, en la sala de reuniones de la segunda planta de la Casa de la Paz, en el lado sureño de la aldea de la tregua Panmunjeom.
Si bien habitualmente el líder del país anfitrión suele tomar la palabra, Moon cedió a Kim la oportunidad de iniciar la reunión con un breve discurso.
El líder norcoreano dijo haber llegado a la sede de la cumbre intercoreana tras caminar unos 200 metros, con una mezcla de emociones encontradas, y con el deseo de marcar el punto de partida de las dos Coreas hacia una nueva historia de paz y prosperidad.
Asimismo, insinuó su intención de institucionalizar la cumbre intercoreana, resaltando que ambos líderes podrían reunirse con frecuencia para recuperar el tiempo de los últimos 11 años de ruptura.
En tanto, el presidente surcorano recalcó que todo el mundo presta atención a la llegada de (una verdadera) primavera en la península coreana, y expresó su respeto a Kim, por tomar la difícil decisión de cruzar a pie la línea de demarcación militar, convirtiendo a Panmunjeom en un símbolo de paz, y no un símbolo de division nacional.
Tras finalizar la reunión matutina sobre las 11:55 a.m., ambos mandatarios fueron a almorzar por separado, antes de retomar la sesión de la tarde.