La selección nacional de Corea del Sur perdió por dos tantos a uno contra el selectivo de México el sábado 23, madrugada del sábado 24 hora coreana, en el estadio Rostov Arena, en Rostov del Don, Rusia, en un partido decisivo para que el plantel surcoreano accediera a octavos de final.

Por segundo partido consecutivo del mundial, Corea del Sur permitió un gol de penalti. En el minuto 24, al defensor Jang Hyun Soo le pitaron una mano involuntaria por tocar el esférico con su brazo derecho al deslizarse dentro del área mientras bloqueaba a Andrés Guardado.

Dos minutos después, Vela transformó el penalti en gol con su pie izquierdo, batiendo al guardamenta Jo Hyeon Woo y logrando una una ventaja que México ya nunca abandonaría.

En tanto Hernández, también conocido como "Chicharito", anotó su gol personal número 50 para México a los 66 minutos del encuentro, en la segunda parte, mientras que Hirving Lozano le ayudó en la escapada. En esta ocasión, Lozano devolvió el favor a su compañero de equipo, pues Hernández asistió un gol de Lozano en el anterior partido de México contra Alemania en una jugada similar.

El equipo de Corea marcó su primer gol del torneo cuando Son Heung Min, delantero del Tottenham Hotspur, anotó en tiempo de descuento. Son firmó un tanto "in extremis" que evitó la deshonra de acabar con el marcador a cero, pero ese tanto no fue suficiente para igualar el marcador y llegó demasiado tarde para el equipo.

Tras perder con Suecia por 1-0 en el primer partido del Grupo F, y contra México en su segundo partido, el destino de Corea del Sur en la Copa del Mundo depende del resultado del encuentro entre Alemania y Suecia en Sochi, programado a las 3 a.m. del día 24 hora coreana, después del enfrentamiento entre Corea del Sur y México.

Si Suecia ganara o lograra un empate, Corea del Sur quedaría eliminado pues México con seis puntos y Suecia con cuatro puntos ocuparían los dos primeros lugares, y Corea del Sur solo podría quedar como tercero del grupo.

Pero si Alemania gana, Corea del Sur aún tendría una remota oportundidad de pasar a octavos de final en los desempates.

Como dato singular, el encuentro tuvo un invitado de honor que, desde el palco, no perdió de vista ni un minuto la actuación del plantel surcoreano. El propio presidente de Corea del Sur, Moon Jae In, que se encontraba en Rusia en visita de Estado, acudió al estadio Rostov Arena para alentar a los jugadores.