El sofocante calor afecta gravemente a Corea del Norte, un país que en teoría se prepara para abrirse al mundo y emprender el camino hacia el desarrollo económico.
La ola de calor elevó a más de 40ºC la temperatura en las proximidades del río Yalu el jueves 2, mientras que la máxima en Pyongyang alcanzó 37,9ºC, su nivel más alto de la historia.
Después de que finalizara la temporada de monzones el 12 de julio, se ha sumado al problema de la sequía el aumento de temperaturas, causando daños a los cultivos de arroz y de maíz.
Mientras tanto, se agrava el sufrimiento de los ciudadanos. Hay muy pocos hogares que cuentan con un sistema de aire acondicionado; la mayoría de las familias norcoreanas dependen de un solo ventilador para combatir el calor.