Kim Jong Un inspeccionó la zona turística costera Wonsan-Galma en obras al este de Corea del Norte, donde al revisar los avances en la construcción del complejo turístico, recalcó la difícil situación del país y la necesidad de lograr progresos al estilo norcoreano.

En particular, Kim Jong Un criticó que países y fuerzas con actitud hostil se obsesionan en aplicar viles sanciones para provocar la rendición de Corea del Norte. 

La intervención del líder norcoreano coincide con las alusiones de Estados Unidos a la reactivación de las negociaciones nucleares, y se interpretan como un anticipo de que Pyongyang exigirá a Washington desactivar o suavizar las sanciones en la próxima negociación.