Pese a los esfuerzos de Kim Jong Un por estabilizar su país, la economía en Corea del Norte va de mal en peor y la mayor prueba -paradójicamente- es la intensidad con la que los medios norteños ensalzan los logros económicos y la importancia del desarrollo autónomo. 

Así, durante 2018, el comercio entre Corea del Norte y China totalizó 2.430 millones de dólares, menos del 50% que el año anterior; mientras que en enero registró un descenso interanual del 8,4%. 

Pero el mayor problema es la carencia de alimentos, pues el año pasado su producción de cereales alcanzó 4,9 millones de toneladas, unas 500.000 menos que en 2017.

Como principales dificultades, destaca la ampliación de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, motivo por el que Pyongyang solicitó a Estados Unidos durante la Cumbre de Hanói la desactivación puntual de cinco sanciones internacionales estrechamente ligadas con la economía y la vida de los ciudadanos.