Mientras los recientes hechos alimentan las expectativas de una posible tercera cumbre entre Donald Trump y Kim Jong Un, Corea del Norte ha dejado entrever su descontento con Mike Pompeo, a cargo por parte estadounidense de orquestar las negociaciones nucleares.
El régimen de Pyongyang declaró el miércoles 26 en un comunicado publicado en nombre del portavoz del Ministerio de Exteriores, que por mucho que los líderes se esfuercen por mejorar las relaciones, si el equipo diplomático de Washington incluye personalidades hostiles hacia Corea del Norte, será difícil esperar cambios positivos o avances en el diálogo nuclear.
En esta línea, Corea del Norte cuestionó las últimas intervenciones de Pompeo que recalcan que las sanciones promueven el diálogo, afirmando que su comentario resulta contradictorio y que las sanciones son medidas claramente antagónicas contra su país. Enfatizó que el secretario de Estado estadounidense es responsable de tales restricciones, y también le señaló como el culpable del fracaso de la Cumbre de Hanói.
Esta declaración se interpreta como una indirecta de Pyongyang para expresar su insatisfacción sobre la presencia de Pompeo en las negociaciones nucleares y exigir su relevo.