Rusia comenzó el domingo a despedir a las víctimas de la masiva toma de rehenes en la escuela Beslan, en Osetia del Norte, que tuvo un sangriento desenlace y se cobró la vida de al menos 338 personas, entre ellos 156 niños.
Los familiares de los fallecidos han comenzado el domingo 5 a enterrar a las víctimas del asalto al colegio en tumbas improvisadas, mientras que continúan las labores de búsqueda de cadáveres entre los escombros de la escuela. Las últimas muertes en los hospitales elevan la cifra de fallecidos a 338. No obstante, el Ministerio de Sanidad de Osetia del Norte ubica en 460 la cifra de muertos.
Bajo un fuerte cordón policial, los primeros ataúdes de las víctimas de la tragedia entraron en el cementerio de la pequeña ciudad del Cáucaso. Debido a las críticas que recibió tras la masacre, el Kremlin optó por no enviar a sus representantes a las ceremonias fúnebres de Beslan.
Por su parte, el presidente Vladimir Putin anunció el refuerzo de los efectivos de seguridad en toda la región del Cáucaso. El terrorismo internacional -dijo- está inmerso en una guerra total y despiadada contra Rusia, pero el país va a enfrentarla, sentenció Putin.
En relación con la toma de rehenes, tres sospechosos, dos hombres y una mujer fueron detenidos en Beslan. Los tres confesaron estar relacionados de alguna manera con el hecho.
Como primera consecuencia política, el ministro del Interior de Osetia del Norte, Kasbek Dsantijev, presentó su renuncia. El funcionario señaló que no puede seguir ocupando su cargo después de todo lo que pasó. El jefe del Servicio Federal de Seguridad de Osetia del Norte, Valeri Andreyev, había afirmado que el gabinete de emergencia no había planificado el empleo de la fuerza y que fue la situación la que forzó la intervención para salvar a los rehenes.
Cabe recordar que el día primero de septiembre un grupo de combatientes pro-chechenos había ingresado en un colegio en Beslan, en la república caucásica de Osetia del Norte, y habían conseguido secuestrar a alumnos con algunos de los padres, profesores y otros asistentes a la fiesta inaugural del centro educativo.