El martes 15 se cumplirán diez años desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre Corea del Sur y Estados Unidos, acuerdo que ha contribuido en gran medida a aumentar el intercambio comercial entre ambos países, pese a que fue concretado en un ambiente de fuerte rechazo entre los ciudadanos surcoreanos y la amenaza durante el mandato de Donald Trump de ser anulado. 

Según datos oficiales, en 2012, primer año de vigencia del TLC, el comercio entre Corea del Sur y Estados Unidos totalizó 101.800 millones de dólares, monto que en 2021 aumentó hasta 169.100 millones de dólares, un 66,1%. Este dato resulta destacable considerando que durante ese periodo el comercio mundial en general aumentó un 17,9%. 

Concretamente, las exportaciones de Corea del Sur a Estados Unidos durante la última década mejoraron un 61,1%, mientras que las importaciones procedentes de ese país norteamericano aumentaron un 69%. Como productos más vendidos por las empresas surcoreanas al mercado estadounidense figuran chips, computadoras, refrigeradores, resina sintética y baterías, bienes disfrutaron de aumentos de tres dígitos en exportaciones. Las importaciones, en tanto, crecieron más en el sector energético.

También subieron las inversiones en ambos sentidos, convirtiéndose Estados Unidos en el país extranjero que más invierte en Corea del Sur, así como en el mayor destino de las inversiones surcoreanas en el exterior. 

En cuanto a comercio de bienes agrícolas, que antes de TLC fue el epígrafe de mayor controversia y el mayor motivo de rechazo, contrariamente a las expectativas de poder perjudicar a los agricultores surcoreanos, los envíos al mercado estadounidense aumentaron más que las importaciones de esa nación.