El Gobierno ha anticipado una fuerte reestructuración del gasto público al definir los presupuestos generales del Estado para 2023. Los recortes afectarán principalmente a las a subvenciones por COVID-19 y a programas de financiación para el micro y pequeño comercio, el sector más afectado por la pandemia. 

Estas son las principales directrices aprobadas el martes 29 en Consejo de Ministros para diseñar el presupuesto nacional de 2023, de cara a elaborar el esquema de gestión de fondos públicos, y deberán regir los presupuestos de cada cartera, antes de presentarlos al Ministerio de Estrategia y Finanzas. Sin embargo y considerando el próximo traspaso del poder al nuevo Ejecutivo, dichos presupuestos podrían ser modificados por cambio de prioridades.

En todo caso, uno de los ejes centrales es normalizar el gasto público, que fue provisionalmente ampliado por la pandemia, hasta regresar al nivel de 2019, normalizando los gastos en subvenciones y financiación al comercio. 

También disminuirán las partidas gubernamentales de gastos fijos y flexibles, para ahorrar más de diez billones de wones.

Las directrices aprobadas el martes por el Consejo de Ministros sintonizan con el objetivo fijado previamente por el Ministerio de Finanzas, de mantener desde 2025 la relación entre deuda y producto interior bruto en menos del 60%, y la balanza fiscal nacional por debajo del -3% del PIB.