Ante el riesgo de un abismo demográfico o merma abrupta de la población activa en Corea del Sur, la administración de Yoon Suk Yeol ha decidido iniciar un debate social sobre si aumentar la edad de jubilación o suprimir el retiro obligatorio.

La medida llega con la nueva orientación de políticas económicas estatales anunciada el lunes 20 por el Ministerio de Estrategia y Finanzas, como una de las tareas más acuciantes para superar los cambios en la estructura demográfica, al aludir al empleo continuo entre personas de edad avanzada. 

Según las previsiones de la Oficina de Estadística, la población activa -entre 15 y 64 años- disminuirá en Corea del Sur un 35,3% hacia el año 2050, pasando de 37.380.000 a 24.190.000 personas, y la población activa con más contribución a la producción nacional, los ciudadanos entre 25 y 49 años, apenas representará un 23,1% del total de habitantes del país, dato muy inferior al 36,8% de 2020. Esto implica que Corea del Sur contará con menos mano de obra y consecuentemente con un menor potencial de producción, además de aumentar los gastos en bienestar social para la tercera edad. 

En este contexto, y para evitar el descenso de la población activa, se alude a la posibilidad de retrasar o suprimir la jubilación. Pero se ignora si el debate social que pretende activar el Gobierno ofrecerá conclusiones relevantes, al ser un tema altamente susceptible y objeto de fuerte rechazo entre la población joven, además de posible motivo de conflicto intergeneracional.