El Gobierno intentará mantener la relación entre deuda y producto interior bruto (PIB) en torno al 55% hasta 2026.
Los ministros acordaron ese objetivo en la reunión de Gabinete del martes 30, donde establecieron un plan de acción fiscal para el periodo 2022-2026, además de fijar el presupuesto nacional para 2023, que aumentará la deuda respecto al ejercicio actual, pero rebaja en 0,2 puntos porcentuales el ratio deuda-PIB, pasando del 50% en 2022 al 49,8% en 2023.
Según lo previsto, de aquí a 2026 los ingresos públicos aumentarán un 6,6% en promedio anual, gracias a un 7,6% de incremento impositivo. Por tanto, y pese a los factores de incertidumbre que persisten dentro y fuera del país, el Gobierno estima que a medio plazo los ingresos ampliarán en sintonía con el crecimiento económico.