El Gobierno destinará 74,4 billones de wones a ofrecer un mayor apoyo a las clases vulnerables, hogares con bajos ingresos, ancianos y personas discapacitadas. 

Este es el eje central del plan presentado el jueves 8 por el vice primer ministro de economía, Choo Kyung Ho, según los cuatro objetivos principales fijados para 2023. Este monto destinado a bienestar social, de 8,7 billones de wones más que en 2022, está básicamente destinado a hogares con bajos ingresos, discapacitados, jóvenes en condiciones precarias y un último grupo que incluye ancianos, niños y adolescentes.

Esta nueva partida servirá para mejorar la calidad de vida de estos grupos para paliar sus necesidades más acuciantes, y las dificultades de los gestores públicos a cargo de programas de apoyo. 

Por ejemplo, flexibilizarán los requisitos para acceder a prestaciones médicas y de bienes de primera necesidad, al tiempo de aumentar las ayudas de soporte educativo a menores de familias con bajos ingresos y para consumo energético. 

Los discapacitados estrenarán un servicio 24 horas de cuidado urgente en caso de imprevistos como pérdida de familiares cuidadores, además de cubrir con fondos del erario público los gastos de administración y mantenimiento de radio taxis sociales, un servicio creado para garantizar el derecho a la movilidad de ciudadanos con discapacidad, cuya gestión fue transferida en 2005 a los gobiernos regionales. En tanto, la prestación por discapacidad, congelada desde 2015, subirá de 40.000 a 60.000 wones mensuales. 

Por su parte, los jóvenes tendrán acceso a unas cuentas de depósito especiales que les permitirán ahorrar 50 millones de wones en cinco años, y si por alguna razón renuncian a buscar empleo, podrán recibir una ayuda puntual de hasta tres millones de wones. 

También destaca como novedad una nueva prestación de hasta 700.000 wones al mes para hogares con hijos menores de un año, y de hasta 650.000 wones para manutención de emergencia a adolescentes en hogares inestables.