La OCDE prevé que la economía surcoreana crecerá un 2,8% en 2022. El nuevo pronóstico revisa al alza las previsiones de junio del 2,7%, una inesperada mejora considerando que a nivel mundial la inflación está rebajando las perspectivas de crecimiento.

Dicho pronóstico también contrasta con los del Fondo Monetario Internacional y del Gobierno y el Banco de Corea, que entre mayo y julio rebajaron sus previsiones. Concretamente, el banco central surcoreano bajó al 2,7% las previsiones de crecimiento para Corea, y el FMI siguió sus pasos en julio hasta situarlo en un 2,3%. 

Sin embargo, y contrariamente a la previsión de 2022, la OCDE rebajó la de 2023 del 2,5% al 2,2%. 

Como factores de crecimiento, la OCDE alude al aumento del consumo privado, derivado de un satisfactorio control de la pandemia tras relajar las pautas preventivas, aunque sitúa la inflación en un 5,2% a nivel anual, 0,4 puntos más sobre su última previsión. La última vez que Corea registró dicha tasa de inflación fue en plena crisis cambiaria, cuando en 1998 cuando llegó al 7,5%, pues ni siquiera en 2008 -durante la crisis financiera global- superó la barrera del 4,7%. 

La OCDE recomienda a las autoridades de Seúl adoptar medidas oportunas a nivel macroeconómico para gestionar la creciente deuda de los hogares y la inestabilidad del precio de los inmuebles, así como controlar el gasto público, pues el envejecimiento poblacional y la necesidad de una mayor red de seguridad social precisarán de abundantes recursos.