El Gobierno surcoreano ha reforzado el control sobre la carne de res de origen estadounidense ante el brote detectado de encefalopatía espongiforme bovina o BSE, más comúnmente conocida como "mal de las vacas locas".
Según anunció el Ministerio de Agricultura y Alimentos, el lunes 22 aumentaron del 3% al 10% el porcentaje de inspecciones al azar de productos importados de carne bovina.
Asimismo han solicitado a Washington datos relacionados con el reciente brote y posibles novedades sobre posibles análisis en Estados Unidos.
Los estados de Carolina del Sur y Tennessee detectaron varios casos de encefalopatía espongiforme bovina, aunque dichas localidades no cuentan con mataderos o plantas de procesamiento de carne que exporten productos bovinos a Corea del Sur.