Mientras todo parece indicar que el vertido de aguas de Fukushima al océano será inminente, los pescadores y el sector de productos del mar muestran cada vez más preocupación por su posible incidencia en el consumo.
Unos tres mil pescadores convocaron una protesta frente a la Asamblea Nacional, consierando que Japón ya ha empezado a probar los sistemas del vertido. Enfatizaron que verter aguas radiactivas al océano va contra la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y urgieron al Gobierno surcoreano a plantear el problema ante un tribunal internacional competente.
Los manifestantes agregaron que aunque Tokio se obstina en continuar con su plan de vertido, al considerar que es la única opción posible, hay otras alternativas como almacenar dicho líquido sobre tierra firme en repositorios nucleares de hormigón.