El Banco de Corea estima que la subida de los precios al consumidor se ralentice a mediados de 2023 hasta quedar entre el 2% y el 3%, por debajo de la inflación subyacente, que excluye alimentos y energía.
Esta previsión se basa en la coyuntura actual y el pronóstico de los precios para los próximos meses, aunque depende tanto del precio internacional del petróleo y las condiciones económicas exteriores, como de la situación nacional y el aumento del precio de los servicios públicos del país.
En cuanto a la inflación subyacente, el banco central estima que podría superar la previsión para 2023, que en mayo elevó del 3% al 3,3%.
Pero en líneas generales y al persistir la incertidumbre, el Banco Central considera difícil predecir el comportamiento de la inflación ante variables imprevisibles para el segundo semestre del año, como la recuperación de la economía china o la demanda estacional, que podrían derivar en un aumento de precios, o la desaceleración de las principales economías del mundo y el refuerzo de las políticas monetarias restrictivas, que por el contrario podrían acelerar el descenso.