Varias protestas se organizaron el miércoles 23 en distintas partes de Corea del Sur en contra del vertido de aguas de Fukushima.
Una de ellas tuvo lugar en Seúl, frente a la Embajada de Japón, para exigir al gabinete de Tokio detener dicho proceso. Los participantes alzaron sus voces, condenando la decisión del vecino país de expulsar aguas contaminadas al océano. Afirmaron que esa decisión es egoísta e irresponsable, pues el plan de vertido no tiene suficientes fundamentos científicos. Asimismo, criticaron al Gobierno surcoreano, al tiempo de urgir a las autoridades expresar explícitamente su rechazo a la descarga de aguas de Fukushima y presentar quejas a Japón.
También llamaron a presentar una demanda contra el Gobierno japonés ante el Tribunal Internacional del Derecho del Mar.
Ruedas de prensa en contra del vertido se organizaron no solo frente a la Embajada de Japón en Seúl, sino también frente a la Oficina Presidencial en Yongsan, sedes de entidades administrativas y oficinas regionales de los principales partidos políticos.