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El ministro de Justicia, Han Dong Hoon, ha solicitado inspeccionar las instalaciones para ejecutar reos condenados a pena de muerte.
La semana pasada Han dio instrucciones a cuatro entidades penitenciarias de Seúl, Busan, Daegu y Daejeon con instalaciones de ejecución de pena de muerte, para que realizaran un adecuado mantenimiento.
La medida se interpreta como una advertencia para concienciar a los delincuentes tras una serie de crímenes recientes, como el brutal asesinato en el barrio Sinlim o el apuñalamiento en un centro comercial de Seohyun.
Pese a todo, fuentes del Ministerio de Justicia rechazaron una interpretación excesiva, al recordar que Corea del Sur mantiene la pena de muerte y que inspeccionar las instalaciones no implica que vayan a usarse.
Corea del Sur no ha realizado ninguna ejecución desde diciembre de 1997, por lo que es considerado como país "prácticamente abolicionista de la pena de muerte".