Corea del Norte lleva tiempo intentando tener un satélite de reconocimiento militar para mejorar su capacidad de vigilancia, y en el Congreo del Partido de los Trabajadores de hace dos años fijó como objetivo prioritario poner un satélite espía en órbita.
Contar con un satélite de reconocimiento militar permite rastrear objetivos militares o trazar mapas de operaciones. Para un país como Corea del Norte, centrado en desarrollar misiles balísticos intercontinentales, contar con un satélite espía implica un gran avance. Por tanto, si tal y como afirma Pyongyang el lanzamiento del martes culminó con éxito, supondría una grave amenaza para Corea del Sur.
En todo caso, por el momento se ignora si el satélite espía norcoreano ofrecerá un nivel de rendimiento óptimo, pues algunas estimaciones afiman que puede reconocer objetos sobre la superficie terrestre de hasta tres metros, pero las actividades de reconocimiento militar requieren que el satélite pueda identificar objetos de un metro de ancho por un metro de largo.