Estados Unidos usará diversos medios, incluidos sanciones internacionales, para impedir los trabajos forzados que impone el régimen de Pyongyang a sus ciudadanos tanto dentro como fuera de su territorio.
Así anticipó la enviada especial de Washington para los derechos humanos norcoreanos, Julie Turner, en un seminario organizado hace unos días por la oenegé HRNK -The Committee for Human Rights in North Korea- al afirmar que darán un mayor enfoque a dicho problema, concretamente a cómo Corea del Norte fuerza a sus habitantes a trabajar no solo dentro del país, sino también cuando los envía al exterior para obtener divisas con contratos laborales relacionados con actividades mineras, tala de árboles, procesamiento de productos marinos o sector tecnológico.
Anticipó que las medidas a tomar podrían ser diversas, incluso sanciones o bloqueos comerciales, y que para su aplicación, Washington cooperará con estados con intereses similares.
Turner enfatizó que al financiar Pyongyang el desarrollo de armas nucleares con los trabajos forzados de sus ciudadanos, este es un asunto directamente ligado a la situación de los derechos humanos en Corea del Norte.