Corea del Sur y Japón han intercambiado opiniones sobre cómo prevenir fricciones de vuelos provocadores de aviones patrulla, maniobras que desde hace tiempo operaban como impedimento para estrechar la cooperación militar entre ambos países.
Tales fricciones comenzaron en diciembre de 2018, cuando un avión patrulla P-1 de la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón hizo un vuelo rasante sobre un buque de la Fuerza Naval surcoreana. Entonces las autoridades de Tokio alegaron que la parte surcoreana apuntó su radar de control de disparos hacia el avión, aunque Seúl respondió que no apuntaron ningún radar, pese a ser un vuelo amenazante.
El choque de posturas fue tan fuerte que suspendieron los intercambios militares, hasta que en junio de 2023 los titulares de Defensa de ambos países acordaron adoptar medidas para zanjar el problema. Así, el día 1 de junio el ministro surcoreano Shin Won Sik y su homólogo japonés Minoru Kihara emitieron un comunicado conjunto dando a conocer la firma de un acuerdo para evitar situaciones similares.
Según fuentes militares de Seúl y Tokio, el acuerdo se basa en el Código de Encuentros Marítimos No Planificados (CUES), una norma internacional para evitar choques sorpresa entre buques con banderas diferentes, creada por el Simposio Naval del Pacífico Occidental, un mecanismo de diálogo donde participan 25 países, incluidos Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y China.
A partir de ahora Corea y Japón seguirán dicho código, que urge a mantener una determinada distancia entre aviones y buques militares, y a no apuntar radares ni armas hacia embarcaciones o aeronaves ante encuentros inesperados en el mar.