Tras la recomendación del comité asesor de la UNESCO de aclarar los casos "de explotación laboral" que se llevaron en la mina japonesa de Sado, en relación a su posible designación como Patrimonio Cultural de la Humanidad, el secretario jefe del gabinete japonés, Yoshimasa Hayashi, aseguró que Japón mantendrá un diálogo abierto y constante con Corea del Sur para que dichas minas puedan formar parte del patrimonio cultural.
Durante una rueda de prensa ofrecida el viernes 7, afirmó que Tokio tomará en serio las recomendaciones del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), órgano asesor de la UNESCO sobre nominaciones al Patrimonio Mundial, y buscará la mejor estrategia para incluir la mina de Sado en el listado de la próxima reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
El jueves 6, ICOMOS aconsejó aplazar la nominación de la mina de Sado, al precisar más aclaraciones y sugerir una estrategia de exposición y descripción que aborde de forma integral la historia del sitio.
Previamente, el Gobierno japonés fue criticado por intentar incluir la mina de Sado como Patrimonio Mundial solo en base al periodo Edo, que abarca del siglo XVI a mediados del XIX, omitiendo deliberadamente la época de explotación laboral de coreanos durante la ocupación japonesa.
En tanto, el Gobierno surcoreano insiste en que debe reconocerse y reflejar que, durante la ocupación japonesa, en dicho lugar muchos coreanos fueron sometidos a trabajos forzados, y que el lugar debe incluir la historia completa de cara a la nominación.
Se interpreta que al recomendar a Japón que incluya "toda la historia" al presentar la mina de Sado, ICOMOS ha aceptado el planteamiento de Corea del Sur.