Tras la cumbre entre Vladimir Putin y Kim Jong Un, el Departamento de Estado estadounidense declaró que una mayor cooperación entre Rusia y Corea del Norte es una tendencia preocupante para la paz y la estabilidad en la península de Corea y el cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Enfatizó que ningún país debe convertirse en plataforma para que el presidente Putin pueda continuar con su guerra en Ucrania, condenando simultáneamente la guerra de Rusia y el suministro de armas por parte de Pyongyang a Moscú.
En la misma línea, el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca también expresó su preocupación por el incremento de la cooperación entre Rusia y Corea del Norte, reiterando su compromiso de seguir apoyando tanto a Ucrania como a sus aliados en el Indo-Pacífico.
Por su parte, Ucrania criticó el acuerdo militar entre ambos países, afirmando que desafía descaradamente las decisiones y resoluciones de la comunidad internacional sobre Corea del Norte. También destacó que las sanciones contra Rusia y Corea del Norte siguen siendo insuficientes.
En tanto, diversos medios extranjeros calificaron dicho acuerdo como "el más potente desde la Guerra Fría" o "la mayor recompensa que Corea del Norte ha obtenido por su apoyo militar a Rusia".