En Nueva Jersey, Estados Unidos, un incidente ha generado polémica y críticas hacia la policía por el presunto uso excesivo de la fuerza, después de que una joven de ascendencia coreana con trastorno bipolar muriera a manos de los agentes.
Victoria Lee, de 26 años, falleció el 28 de julio en su apartamento tras recibir un disparo en el pecho por parte de un policía que acudió al lugar en respuesta a una llamada de emergencia hecha por su propia familia.
La familia había solicitado una ambulancia al 911 para trasladar a Lee a un hospital debido a un empeoramiento en su estado mental. Sin embargo, les informaron que, como parte del protocolo, la policía debía acompañar al equipo médico.
Al enterarse de que la policía estaba en camino, Lee se negó a ser trasladada y tomó un pequeño cuchillo de bolsillo. Su familia explicó la situación a los operadores del 911 para evitar cualquier malentendido con los agentes.
Cuando los policías llegaron al lugar, la familia decidió no abrir la puerta, esperando que Lee se calmara. No obstante, los agentes derribaron la entrada y, según los familiares, dispararon a Lee, quien en ese momento sostenía una botella de agua grande.
Lee fue trasladada de inmediato al hospital, pero no sobrevivió a las heridas.
La Fiscalía de Nueva Jersey ha iniciado una investigación para determinar si la actuación policial fue adecuada.