El oficialismo y la oposición han protagonizado un cruce de acusaciones en torno a la liberación de agua contaminada de Fukushima, a un año de haberse iniciado.
El partido gobernante, Poder del Pueblo, expresó su pesar por la decisión de Japón, afirmando que ningún ciudadano deseaba esta liberación. No obstante, también criticó duramente al principal partido opositor, The Minjoo, acusándolo de fomentar irresponsablemente el pánico entre los ciudadanos.
Argumentaron que la propagación de rumores infundados por parte de The Minjoo ha costado al Gobierno más de 1,5 billones de wones en recursos públicos y ha generado una carga considerable para los pescadores.
Por su parte, The Minjoo respondió señalando que, durante este año, el partido gobernante ha intentado minimizar los riesgos del vertido de aguas residuales de Fukushima, utilizando incluso términos adoptados por Japón, como "agua procesada de la planta nuclear".
Además, criticaron la actitud gubernamental de restar importancia a los posibles peligros, calificándola de ignorante e ilógica, y subrayaron que el hecho de que no haya habido incidentes en este primer año no significa que no haya riesgos futuros, recordando que la contaminación podría llegar a las aguas surcoreanas en un periodo de cuatro a diez años.